El campo y la ciudad: el caso del campo de deportes del colegio nacional de buenos aires

Guillermo Paz Jajamovich

Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires

 

Resumen

En este artículo tomaremos como objeto al campo de deportes del Colegio Nacional de Buenos Aires. Nos centraremos en la relación de dicho campo con la Asociación Puerto Madero, asociación que desde 1990 intenta comprar los terrenos en que dicho campo se asienta.

En un primer momento caracterizaremos dicho conflicto  partiendo de una historización de la “propiedad” del campo de deportes. Creemos que no podemos  pensar dicho conflicto sino a través de la comprensión del contexto en que se desarrolla. Para ello, consideraremos los cambios producidos (en las políticas y prácticas urbanas) en la Argentina durante  los años 90, las transformaciones que se dan en el área metropolitana de Buenos Aires centrándonos en aquellas que se dieron en la zona donde se asienta el campo de deportes del Colegio Nacional de Buenos Aires: Puerto Madero. Asimismo, caracterizaremos los múltiples actores que intervienen  en dicho conflicto y las relaciones que se establecen entre ellos.

 

palabras clave: transformaciones urbanas – políticas urbanas – puerto madero - campo de deportes.

 

Introducción

En este artículo tomaremos como objeto al campo de deportes del Colegio Nacional de Buenos Aires. Nos centraremos en la relación de dicho campo con la Asociación Puerto Madero, la cual desde 1990 intenta comprar los terrenos en que dicho campo se asienta.

En un primer momento, caracterizaremos dicho conflicto  partiendo de una historización de la “propiedad” del campo de deportes. Creemos que no podemos  pensar esta situación sino a través de la comprensión del contexto en que se desarrolla. Para ello, consideraremos los cambios producidos en la Argentina durante  los años 90; específicamente, las transformaciones que se dan en el Área Metropolitana de Buenos Aires, centrándonos en aquellas que se dieron en la zona donde se asienta el campo de deportes del Colegio Nacional de Buenos Aires: Puerto Madero.

Asimismo, avanzaremos en caracterizar los múltiples actores que intervienen  en dicho conflicto y las relaciones que se establecen entre ellos.

 

Nuevas formas socioterritoriales

 

En los años 90, comienza en la Argentina un período de reformas estructurales caracterizadas por la reforma del Estado, la desregulación económica y la privatización  y concesión de empresas estatales y servicios públicos. Este proceso de reestructuración económica genera nuevas estructuras territoriales de producción, gestión, circulación y consumo. La ciudad pasa a ser redefinida en función de las lógicas del consumo, declinando su rol industrial e incrementando su función como espacio de valorización de capital y condición de acumulación.

Estas transformaciones socio-territoriales pueden ser relacionadas con lo que se dio a llamar “ciudad global”, en la cual la ciudad deja de ser un espacio compacto y estructurado en forma horizontal y contigua para convertirse en un espacio con bordes difusos, disperso y articulado verticalmente con un sistema de redes.

Esta nueva forma de organizar el espacio provoca que la ciudad se fracture en sectores escasamente integrados[1] y, por otro lado, en zonas urbanas modernas, globalizadas y competitivas, funcionales al nuevo orden económico[2]. Es en este último sector, donde se ubica Puerto Madero.

Saskia Sassen, teórica de la “ciudad global”, señala que el auge de estas zonas se desarrolla en torno a los denominados  servicios avanzados o servicios a la producción, pero, como señala Pablo Ciccolella “...en el caso de las megaciudades latinoamericanas, la reestructuración económica, social y territorial parece estar más vinculada a lo que podríamos denominar ‘servicios banales’, básicamente vinculados al consumo y no a la producción (shopping centers, centros de espectáculos, hotelería internacional, restaurantes, etc.)...” (Ciccollela, 2000).

Estos fenómenos, desarrollados a partir de una reciente inversión privada, extranjera o nacional, significan el diseño o acondicionamiento del espacio metropolitano a las decisiones y estrategias globales del capital. La marcada selectividad territorial de las inversiones están marcando un nuevo mapa del desarrollo metropolitano, el cual evidencia la profundización de la fragmentación socioterritorial.

En relación con estas nuevas dinámicas que surgen en la ciudad, este trabajo se propone analizar el caso del campo de deportes del Colegio Nacional de Buenos Aires, situado en la zona de Puerto Madero[3], el cual desde 1990 intenta ser adquirido por la Corporación Antiguo Puerto Madero, que pertenece en un 50% al Estado Nacional  y en el otro 50% a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires)[4].

 

Historia de un campo (de deportes)[5]

 

En 1914, por decreto del Poder Ejecutivo, se concede a la Universidad de Buenos Aires un predio en el Puerto de la ciudad de Buenos Aires. En 1915, por la ley 9685 sancionada por el Congreso, se otorgó ese terreno  a la misma institución con destino a playa de ejercicios físicos para los alumnos de CNBA. En 1925, se firmó un convenio con la Municipalidad ante la necesidad de construir la Avenida Costanera y ensanchar la actual Calle Pte. Perón, cediendo 13535,87 m2; en compensación, la Municipalidad prometió 9342 m2. Esta promesa fue saldada parcialmente por el entonces presidente Marcelo T. De Alvear, quien en 1927 cede por decreto 7051,08 m2. En 1935, la ley 12.349 declaró propiedad de la UBA, los terrenos y edificios fiscales que ocupaban las facultades y demás dependencias, entre otros el correspondiente al Campo de Deportes. Éste es desde entonces una fracción de tierra propiedad de la UBA, para uso del Colegio. En 1974, la ley 20.654 ratificó el reconocimiento del derecho de propiedad sobre los terrenos. En los años del Proceso, durante la intendencia de Cacciatore, por ley 21825 se transfieren a la Municipalidad los derechos del Estado Nacional en cuanto a la propiedad sobre las fracciones de tierra desde las calles Brasil hasta Viamonte y de Madero al río, dentro de las cuales se encuentra incluido el terreno del campo. En 1989, el decreto 1279/89 dispuso la transferencia en propiedad a la Corporación Antiguo Puerto Madero S.A de las secciones catastrales 97 (en parte) y 98, lo que incluye el campo de deportes. En 1993, se elaboró el Plan Maestro para Puerto Madero ratificado por el entonces Consejo Deliberante mediante la Ordenanza Municipal Nro 51.675 de 1997 que confirma que la parcela o zona en cuestión está destinada al emplazamiento del campo de deportes del CNBA y que la ubicación futura propuesta, de modo definitivo, en la zona comprendida entre la avenida de los Italianos, T. Guevara, Juana Manso y Emma de la Barra, se consolidaría en 23.380 m2. En 1998 se comenzó a hablar de la venta del predio generándose un conflicto en torno al campo de deportes. Conflicto que se intenta entender a lo largo de este artículo[6].

 

Campo y Ciudad

 

La intención de la Asociación Puerto Madero era construir, en la zona del campo de deportes,  cuatro torres de oficinas, lo cual se vincularía al proceso explicado por Ciccolella “...la ciudad tiende a ser reacondicionada en función de las lógicas del consumo y de los servicios avanzados. Declinan en cambio su rol industrial y de ámbito vecinal, de encuentro y de socialbilidad, a la vez que se incrementa su función como espacio de valorización del capital, como locus de competitividad...” (Ciccolella, 1999: 7). Por otro lado, Ciccolella puntualiza algunas macrotendencias de cambio en la estructura de la megaciudad, observando un triple proceso de evolución de la centralidad:

  -densificación del distrito central histórico

  -derrame o extensión de esa área hacia el este y el sudeste

  -aparición de subcentros en la periferia de la aglomeración

En relación a este último punto, sostiene: “Sin embargo, este fenómeno no afecta ni disputa la hegemonía de corredor corporativo Retiro-Catalinas-Puerto Madero. Este seguirá conservando al menos dos terceras partes de las sedes empresariales y servicios avanzados en un corredor denso y continuo” (Ídem: 19). Es en esta zona donde está asentado el campo de deportes del Colegio Nacional de Buenos Aires, en el “hegemónico corredor corporativo”.

Si pensamos a Buenos Aires como una ciudad global[7], podríamos ver que al interior de estas ciudades “... se perfilan espacios estratégicos a nivel urbano en donde aumenta la concentración de firmas vinculadas a los sectores más importantes que se convierten en distritos de alto nivel edilicio y simbólico...” (Cuenya, 2000: 4). En esta cita, Cuenya hace alusión a lo que Sassen plantea como una nueva geografía  del centralismo y la marginalidad, la cual se expresa en dos niveles: a nivel mundial y en el interior de las ciudades globales. Aquí consideramos este último nivel, para subrayar que el campo de deportes del C.N.B.A[8] se ubica en uno de esos espacios estratégicos, en Puerto Madero.  Asimismo, puede verse el caso de Puerto Madero enmarcado en un plan más amplio de urbanización de la ribera. En esa dirección, Di Virgilio, Lanzetta y Redondo analizan el caso de  los proyectos que apuntan a la rehabilitación de La Boca dentro de un plan más amplio que apunta a la urbanización de la ribera “...que se extiende del norte al sur¾ con hitos como Puerto Madero y la Costanera Sur, y hacia el norte, los emprendimientos proyectados para Retiro— y que tiende a la ampliación y transformación del área central de la ciudad...” (Di Virgilio, Lanzetta y Redondo, 2000: 12).

 

Actores y conflicto

 

En este proceso intervienen múltiples actores, entre los cuales podemos destacar a los estudiantes del C.N.B.A., a los ex alumnos de dicho colegio[9], a la asociación de ex alumnos, a las autoridades del Colegio, a las autoridades de la Universidad de Buenos Aires, al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, al Gobierno Nacional y a la Asociación Puerto Madero.

A lo largo del tiempo, las relaciones entre estos actores fueron variando. Hubo instancias de diálogo en el marco de las cuales la Corporación Puerto Madero hizo una propuesta concreta al colegio “...ofreciéndonos un campo alternativo al lado del nuestro...” (Boletín informativo del CENBA[10]). A su vez, se realizó una reunión “...Sanguinetti, Vicerrectores, alumnos, ex alumnos, preceptores y docentes (...) Esta vez no buscan el desalojo, sino que la corporación plantea una negociación, en la que nos piden el campo, a cambio de un espacio más pequeño y más irregular” (Ídem). A su vez, fueron numerosas las instancias de confrontación que se dieron por la defensa del campo de deportes, las cuales incluyeron novedosas formas de protesta como la organización de un partido de fútbol en la puerta de la (ex) Municipalidad de Buenos Aires, el cual apareció en la tapa del diario Clarín, instalando el tema en los medios de comunicación y campamentos en el campo de deportes, entre otras de las variadas medidas adoptadas. En palabras de los alumnos “...Puerto Madero responde a intereses estrictamente comerciales, no les importa en lo más mínimo la educación pública, por lo tanto no tenemos ninguna garantía de parte de ellos...” (Boletín informativo del CENBA ). Desde la óptica de Pedro Pírez, podemos pensar a la Asociación Puerto Madero como uno de esos  “...actores que realizan procesos orientados, predominantemente, por una lógica de obtención de ganancia en la producción de y en la ciudad....” (Pírez, 1995: 12). Otros actores presentes, como ya dijimos, son el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y el Gobierno Nacional, los cuales, nuevamente junto a Pírez, son “... actores que participan en la producción de la ciudad orientados predominantemente en función de una lógica política sin tener que someterse a la obligación de obtener ganancia económica...” (Ídem: 12). Sin embargo, resulta más pertinente para el caso estudiado, considerar la siguiente cita de Pírez en relación con que los actores gubernamentales “...producen la ciudad en forma directa (...) y también en forma indirecta al establecer parámetros que orientan la acción de los actores privados (...) estos procesos suelen manifestar  una tensión entre el predominio de una racionalidad pública, que pretende generar condiciones de funcionamiento de la ciudad para todos, independientemente de la parcialidad que cada uno produzca, y el de alguna de las lógicas particulares (económicas o políticas)...” (Ídem: 12).  En el caso seleccionado, pareciera que la tensión entre ambos procesos, suele inclinarse hacia la segunda opción[11]. Por último, nos queda situar a los estudiantes y a los ex alumnos que se sumaron a su reclamo. Recurriendo nuevamente a Pírez, creemos productivo pensarlos como actores “...que se determinan en razón de lo que podemos denominar la lógica de la necesidad. Esta se muestra relevante en tanto que se desarrolla fuera (total o parcialmente) del mercado y de las políticas públicas...” (Ídem: 12). Según este autor, dicho desarrollo parece realizarse de cuatro maneras,  creemos que las más relevantes para el caso seleccionado son las siguientes: 

-acciones colectivas directas

-organización de movimientos reivindicativos frente a los actores gubernamentales. [12]

 

A lo largo de este artículo, intentamos analizar las estrategias adoptadas por los diferentes actores , entendidas como “...intentos de desenvolver los intereses o satisfacer las necesidades. Las estrategias suponen cierto tipo de cálculo en el que cada actor toma en cuenta, no solamente sus intereses o necesidades y su vinculación con los componentes objetivos, sino también la expectativa sobre el comportamiento de los otros actores (...) las estrategias son el resultado de las relaciones que se dan entre los sistemas de actores...” (Ídem: 14). Creemos que es en este sentido como deben entenderse acciones como, por ejemplo, la de la Asociación Puerto Madero, cuando presenta su propuesta en la que ofrece un terreno alternativo al campo de deportes. Asimismo, podemos pensar acciones como las de los estudiantes, que tienen como objetivo instalar el tema en la sociedad. 

 

Comentarios finales

 

A lo largo de este artículo,  intentamos situar el conflicto en torno al campo de deportes del C.N.B.A. en un contexto más amplio que nos permita entenderlo o, más bien, acercarnos a entenderlo. Refiriéndonos a tal contexto, hemos intentado dar cuenta, brevemente, de Puerto Madero, de las transformaciones en el Área Metropolitana de Buenos Aires y de las transformaciones en el Estado en relación con las políticas urbanas.

Según Mignaqui – Elguezabal “Reforma y emergencia económica abren paso a nuevas formas de gestión e intervención sobre el espacio metropolitano, así como a la aparición de nuevos actores...” (Mignaqui, Elguezabal, 1997: 228). Nos cabría agregar, y ése fue uno de los objetivos de este artículo, que también abren paso a nuevos conflictos.

Para concluir, nos interesa resaltar, junto a Hilda Herzer y María Carla Rodríguez, la relevancia de estudiar fenómenos ligados a la ciudad, ya que  “...las ciudades son arenas de comportamiento, el lugar para comprender relaciones sociales significativas, campos de juego en los que poderosos jugadores compiten para lograr mayores ganancias mientras que aquellos que tienen menor poder usan el mismo espacio para intentar reproducirse...” (Herzer, Rodriguez, 2000: 2).

 

Bibliografía

 

Ciccolella, Pablo (1999): “Globalización y dualización en la región Metropolitana de Buenos Aires. Grandes inversiones y reestructuración socioterritorial en los años noventa” Revista Eure, Vol. XXV, Nro 26, pp. 5-27, diciembre, Santiago de Chile.

--------------------- (2000): “Grandes inversiones y reestructuración metropolitana en Bs. AS.:¿Ciudad global o ciudad dual del siglo XXI?”, en publicación digital Mundo Urbano (http://www.argiropolis.com.ar/mundourbano/anteriores/Cinco/Ciccolella.htm) Nro 5, Septiembre de 2000.

Cuenya, Beatriz (2000) Las cuestiones centrales de la investigación urbana en cada época. Ponencia IV Jornada de Sociología, FCS, UBA.

Di Virgilio, María Mercedes, Lanzetta Máximo y Redondo Adriana (2000): “La Boca en proceso de renovación. Con el corazón mirando al sur” en Ciencias Sociales, FCS-UBA, Nro 44, Noviembre, pp. 12-13.

Gorelik, A (s/f) : Las ideas urbanísticas en la década de 1980 en Buenos Aires. Una historia del concurso para Puerto Madero. Versión digital (www.utdt.edu/congresos/pdf-sri/gob-386.pdf)

Herzer, Hilda y Rodríguez, Carla (2000): ¨Sociología y ciudad: los desafíos actuales¨ en Ciencias Sociales, FCS-UBA, Nro 44, Noviembre, pp. 1-2.

Mignaqui, Iliana y Elguezabal, Liliana (1997): Reforma del Estado, políticas urbanas y práctica urbanística. Las intervenciones urbanas recientes en Capital Federal: Entre la <ciudad global> y la <ciudad excluyente> en Postales urbanas del final del milenio: una contrucción de muchos. Hilda Herzer (comp), Buenos Aires, Ciudad Editorial.

Pírez, Pedro (1995): “Actores sociales y gestión de la ciudad” en Ciudades, Nro 28, México, pp. 8-14.

Sassen, Saskia (1997). Las ciudades en la Economía Global. Barcelona, Simposio Banco Interamericano de Desarrollo.

Silvestri, G. Gorelik, A. (2000) Ciudad y cultura urbana, 1976-1999: el fin de la expansión. (borrador del prólogo a la reedición de la Historia Argentina de José Luis Romero)

 

Fuentes

 

Boletines del Centro de estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires y de agrupaciones estudiantiles de dicho Colegio.

Cano, Carlos (2004): “Campo de deportes: Crónica de las gestiones realizadas por la Asociación” en La Campanita, Boletín de noticias, Nro 22, Septiembre, pp 33-37.

Noticia del autor

Guillermo Paz Jajamovich nació en la Ciudad de Buenos Aires el 30 de Octubre de 1979. Egresado del Colegio Nacional de Buenos Aires en el año 1997. Licenciado en Sociología (UBA) y docente de la misma Facultad. Ha participado en proyectos UBACYT e integra el equipo de investigación a cargo de la profesora Ana Wortman. Ha presentado ponencias en jornadas y congresos organizados por la Universidad Nacional de La Plata, la Universidad Nacional del Comahue y la Universidad de Buenos Aires. Se encuentra en vías de publicación, un artículo del cual participa: “Espacio urbano y seguridad: Una aproximación al Área de Retiro en la Ciudad de Buenos Aires”. Co-coordinador de la Serie Urbana correspondiente a la Colección Propuestas del Instituto de Investigaciones en Humanidades “Gerardo E. Pagés” del Colegio Nacional de Buenos Aires (UBA).

 



[1] En esa dirección resulta útil recordar que “Barrios enteros de la Capital Federal (Parque Patricios, Nueva Pompeya, Soldati, Lugano, Floresta, Villa Luro, Chacarita, Paternal, Agronomía, etc.) y partidos enteros del Gran Buenos Aires (Tres de Febrero, La Matanza, Lanús, Morón, Merlo, Florencio Varela, etc.) casi no se han enterado de la globalización metropolitana...” (Ciccollela, 2000).

[2] En esta dirección, y ya introduciéndonos en el caso de estudio, resulta útil retomar lo sostenido por Adrián Gorelik “...la figura del enclave es, en verdad, bastante ajustada  para describir el conjunto de los problemas ya no económicos, sino de funcionamiento urbano del puerto. Ninguno de los aspectos de su conexión con la ciudad han comenzado siquiera a plantearse. Puerto Madero es un lugar al que se va, desligado de la ciudad (...) es sólo una isla atractiva para  los negocios y los turistas, con restaurants exclusivos y lofts para sectores de altos recursos. Las mejores intenciones urbanas de sus proyectistas se han visto desmentidas, ya que la modernización del área no ha demostrado capacidad de derrame hacia las zonas más degradadas del entorno (el centro tradicional y sobre todo el sur)...” (Gorelik, s/f: 35).

[3] Más especificamente, este terreno se encuentra situado entre las calles Juan D. Perón, Trinidad Guevara y Juana Manso.

[4] Resulta imposible entender el contexto en que se produce el conflicto del campo de deportes sin considerar los cambios  producidos en las últimas décadas (fundamentalmente, a partir de la reforma del Estado) en las políticas urbanas y las prácticas urbanísticas. Para ello, nos basamos en lo sostenido por Iliana Mignaqui y Liliana Elguezabal: “Conjuntamente con las transformaciones mundiales y los procesos de reforma de los estados nacionales, ha declinado toda una manera de concebir la gestión territorial y la práctica urbanística en las ciudades. Las concepciones globales y los instrumentos de acción a largo plazo y paradigmas de la planificación de los ´60 (esquemas directores, planes de desarrollo, planes maestros) empiezan a ser reemplazados por los planes estratégicos, la planificación <flexible>, el desarrollo urbano sustentable (...)  en la Argentina, la puesta en marcha de este <estilo> de intervención, lejos de considerar a la metrópoli en su conjunto, va a actuar sobre fragmentos de espacio urbano, generalmente de alta rentabilidad, bajo la forma de decretos o leyes nacionales...” (Mignaqui, Elguezabal, 1997: 222-3).  Para la zona que analizamos en este artículo, Puerto Madero, sostienen: “Si bien desde la iniciativa pública se han promovido emprendimientos como Puerto Madero (en este caso desde el Estado nacional y municipal), no debemos olvidar que es una Sociedad Anónima (la Corporación Puerto Madero) quien propone y gestiona el ordenamiento territorial y el proyecto urbano para el área. La modalidad <iniciativa pública>-<desarrollo privado> marca un corte cualitativo en relación con los roles del Estado referentes a las concepciones y prácticas urbanísticas precedentes...” (Idem: 225)

Para un análisis más amplio del caso  Puerto Madero, ver  Gorelik, A: Las ideas urbanísticas en la década de 1980 en Buenos Aires. Una historia del concurso para Puerto Madero. Versión digital en www.utdt.edu/congresos/pdf-sri/gob-386.pdf

[5] La información vertida en este apartado fue extraida de: (Cano, 2004: 33-4)  y de  boletines del centro de estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires.

[6] Hacemos referencia  a los conflictos acaecidos durante el año 1998. La actualidad de la situación del campo de deportes, queda “por fuera” de los límites del presente artículo. Sobre la  actualidad del campo,  ver Cano, 2004.

 

[7] Uno de los  ejemplos que señalan Mignaqui y Elguezabal, a la hora de pensar a Buenos Aires como ciudad global, es el de Puerto Madero, allí observan (como rasgo típico de ciudades globales) la  “Aparición de nuevas modalidades de gestión e intervención sobre el territorio bajo las formas de sociedades mixtas o corporaciones publico-privadas que hacen factibles las macro-operaciones y posibilitan la gestión privada final de esos espacios....” (Mignaqui, Elguezabal, 1997: 233)

[8] De aquí en adelante, Nos referiremos al Colegio Nacional de Buenos Aires como C.N.B.A.

[9] Los cuales también hacen uso de dicho campo de deportes, ya que allí, durante los fines de semana, juegan un torneo de fútbol de ex alumnos.

[10] De aquí en adelante, nos referiremos al Centro de estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires como C.E.N.B.A.

[11] En esa misma dirección, “… la diferencia en todo caso con algunas de las principales ciudades del mundo es que en Buenos Aires el estado, lejos de probar modalidades de compensación y regulación, ha venido jugando desde la experiencia de Puerto Madero, un rol activo dentro de esa lógica de privatización fragmentada. Es decir, la lógica del shopping (lógica natural para los intereses privados)se ha convertido en política pública…” (Silvestri y Gorelik,  2000).

[12] Quedará para otra ocasión, dar cuenta de lo que Pírez entiende como cuarta lógica, es decir, la referida a la lógica del conocimiento. Según Pírez, se trata de una lógica subordinada a las otras tres ( lógica de obtención de ganancia en la producción de y en la ciudad , la lógica política y la lógica de la necesidad) ya que no  genera procesos autónomos de toma de decisiones sobre la ciudad. Un análisis que sí considera esas cuestiones en relación con el caso de Puerto Madero, es el ya mencionado trabajo de Adrián Gorelik (ver nota 5), quien al abordar dicho caso,  considera las posiciones del campo arquitectónico local.