La gestión FLE
del CNBA, 1975 -2000
Rosana Famularo
Departamento de Francés, Colegio Nacional de Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires
Resumen
Los
libros de actas forman parte de una clase mayor compuesta por los documentos
escritos producidos por una organización escolar. ¿Para qué se escribe un libro
de actas? ¿Cuál es la información que se supone debe contener? ¿Para quién se
lo escribe? ¿Cuáles son las expectativas de los lectores de un libro de actas?
Si las actas son documentos de índole interna que reflejan lo acontecido en una reunión o asamblea, otras preguntas podrían sumarse a las planteadas inicialmente.
Un estudio histórico, ¿nos permitiría identificar, a través
del registro de las deliberaciones entre los docentes de un Departamento del
Colegio Nacional de Buenos Aires, algunos temas relacionados con la gestión
institucional de la enseñanza-aprendizaje de una lengua extranjera, el francés,
en nuestro caso, en el período comprendido entre 1975 y 2000? ¿Será también
posible advertir algunos mecanismos coordinadores en la gestión institucional?
La hipótesis del presente trabajo
es considerar al libro de actas como un registro privilegiado a través del cual es posible indagar sobre
el devenir curricular ligado a la enseñanza aprendizaje de una lengua
extranjera en una institución educativa de gestión pública durante el último cuarto del siglo XX.
Palabras clave: Gestión
institucional, gestión curricular, lengua extranjera, Francés Lengua Extranjera
Frente al conjunto de textos que integran el libro de
actas de una organización educativa, varios interrogantes aparecen. Si
reconocemos que los libros de actas forman parte de una clase mayor compuesta
por los documentos escritos producidos por una organización escolar, el primer
interrogante nos orienta a la búsqueda de la especificidad de su función.
¿Para qué se escribe un
libro de actas? ¿Cuál es la información que se supone debe contener? ¿Para
quién se lo escribe? ¿Cuáles son las expectativas de los lectores de un libro
de actas?
Si las actas son documentos de
índole interna que reflejan lo acontecido en una reunión o asamblea, otras
preguntas podrían sumarse a las planteadas inicialmente.
Un
estudio histórico, ¿nos permitiría identificar, a través del registro de las
deliberaciones entre los docentes de un Departamento del Colegio Nacional de
Buenos Aires, algunos temas relacionados con la gestión institucional de la
enseñanza-aprendizaje de una lengua extranjera, el francés, en nuestro caso, en
el período comprendido entre 1975 y 2000? ¿Será también posible advertir
algunos mecanismos coordinadores en la gestión institucional?
Del mismo modo que Silvina Gvirtz
(1999) realiza su investigación a través de los cuadernos escolares, podríamos
considerar que los textos de un libro de actas de una organización educativa
constituyen un conjunto de fuentes de observación de otras cuestiones escolares
y, en tal sentido, reconoceríamos su carácter de dispositivo. Siguiendo a esta
investigadora, entendemos por dispositivo un conjunto de signos que se
articulan de manera particular, conformando enunciados cuyas regularidades dan
cuenta de ciertas prácticas discursivas que a su vez producen un determinado
efecto.
Nuestra principal hipótesis de
trabajo será entonces considerar al conjunto de textos que componen un libro de
actas del Departamento de Francés del Colegio Nacional del Buenos Aires,
dependiente de la Universidad de Buenos Aires, como una forma privilegiada de
registro histórico de una gestión FLE a nivel departamental en el seno de una
institución.
El libro de actas sería entonces,
una fuente a través de la cual es posible indagar sobre el devenir curricular
ligado a la enseñanza aprendizaje de una lengua extranjera, el FLE, Francés
Lengua Extranjera, a lo largo del último cuarto del siglo XX: 1975 al 2000.
En cuanto a la recolección de
datos, nuestro corpus está integrado por los textos escritos de las actas del
Departamento de Francés del CNBA en el período comprendido y de otros documentos escritos relacionados
con la temática y la etapa abarcada.
En esta primera instancia, nos
planteamos un estudio descriptivo, histórico o diacrónico, pues consideramos
que este tipo de trabajo, a partir de los textos de las actas departamentales
de Francés en el CNBA, resulta conveniente desde el punto de vista
organizacional y pedagógico.
Es nuestra intención
contribuir al conocimiento de la evolución de la gestión del FLE de un Departamento
en el Colegio Nacional de Buenos y del devenir de las políticas y prácticas
curriculares asociadas a la enseñanza aprendizaje de una lengua extranjera, el
francés, en particular.
Para Aldo Schlemenson (1995) una
organización es un sistema socio-técnico integrado, deliberadamente
constituido para la realización de un proyecto concreto, tendiente a la
satisfacción de sus miembros o de una población o audiencia externa, que le
otorga sentido. Asimismo esta organización se encuentra en un contexto
socioeconómico y político con el que guarda relaciones de intercambio y de
mutua determinación.
Por su parte, Liliana
Farjat (1998) nos recuerda tener presente también el concepto de estructura como
una de las variables de este tipo de sistemas, puesto que es lo primero que se
percibe cuando nos acercamos a una organización. La estructura nos refleja con
claridad cómo es esa organización, cómo se comporta y cómo conviven en ella, y
con ella, los diferentes actores que la integran.
La forma que adopta una
organización, su estructura, determina cómo se ordenan sus estructuras y la
operatividad de los procesos para poder dar cumplimiento a la misión.
En cuanto a la tarea relacionada
con la enseñanza-aprendizaje de lenguas extranjeras en el CNBA y adoptada en el
momento histórico que elegimos como fecha de partida de nuestra investigación,
leemos en una nota del rector Maniglia dirigida al señor Secretario de la UBA
que en noviembre de 1976 se trataba de impartir una sólida cultura
humanística.(…)intenso [es] el cultivo de los idiomas europeos
contemporáneos, Inglés y Francés.
Veamos entonces en qué
encuadre organizacional se llevaría a cabo la misión institucional del
Departamento de Francés del CNBA.
1.1. La departamentalización como estructura organizativa
Hacia marzo de 1956 y ante una
propuesta del Delegado Interventor del CNBA, el doctor Risieri Frondizi, que
proponía la organización docente del Colegio sobre la base del sistema
departamental, el Interventor Nacional en la Universidad de Buenos Aires, José
Luis Romero, resolvió organizar la actividad docente en Departamentos.
Así por resolución número
262 se creó, entre otros, el Departamento de Idiomas Extranjeros.
La iniciativa del doctor
Frondizi por adoptar la departamentalización se justificaba a través de los
siguientes argumentos. Por un lado, el sistema de organización por departamento
permitía, a su criterio, un contacto más eficaz que el que se venía realizando
entre las autoridades y el cuerpo docente, y también se justificaba, ya que era
imposible realizar consultas personales con más de un centenar de profesores.
La organización en
departamentos permitía además, aseguraba Frondizi -quien también había propuesto el ingreso de profesoras en el
CNBA- contar con la colaboración de un
eficiente cuerpo asesor, que a la vez, podría actuar como vehículo de las
propuestas destinadas al mejoramiento de la enseñanza.
Mintzberg (1997), en este
sentido, señala que cuando una organización sobrepasa su estado más simple -más
de cinco o seis personas trabajando en un mismo lugar- se tiende a recurrir a
un mecanismo coordinador: la supervisión directa que logra la coordinación a
través de una persona que toma la responsabilidad por el trabajo de otros, emitiendo
instrucciones para ellos y supervisando sus acciones.
1.2. El jefe de
Departamento
Volviendo a la resolución que
implementó en el CNBA la departamentalización, esta normativa establecía,
además, los valores y los ideales del “deber ser” y del desempeño profesional
de quienes estarían al frente de la conducción de cada uno de los doce
departamentos1. Se trataba de un
profesor correspondiente a la materia de su competencia que recibiría el cargo
de Director, designado por la UBA a propuesta de las autoridades del
CNBA. Serían sus funciones:
q
Asesorar y proponer modificaciones en cuestiones
relacionadas con sus materias, y a requerimiento de las autoridades, sobre
cualquier otro problema pedagógico.
q
Proponer los programas de estudio de las materias
correspondientes al Departamento.
q
Fiscalizar el desempeño docente del profesorado sometido a
su jurisdicción.
En el Digesto del CNBA,
encontramos, en un documento de avance sin firma alguna, una suerte de
anteproyecto que data de 1968. Este introducía algunas modificaciones en la
organización de departamentos y explicitaba las funciones del director en su
apartado: De los Departamentos.
A la lista original de
doce departamentos, se sumaba la propuesta para la creación de un departamento
de Actividades Co-programáticas.
Con referencia al perfil
del director de cada departamento, se sugería un profesor titular del CNBA, con
preferencia con dedicación intensiva. En el caso de que el director no
cumpliese este último requisito, se proponía una remuneración con una cátedra
adicional.
Entre las funciones y
áreas de competencias, de gestión administrativa y de gestión pedagógica para
el director del departamento se detallaban las siguientes:
q
Presidir las reuniones
del claustro respectivo de profesores.
q
Elevar al Rector del
CNBA la distribución anual de los profesores en los cursos que corresponde
dictar.
q
Elevar al Rector las
renuncias de los profesores de su Departamento y las propuestas de los
profesores interinos y suplentes de acuerdo con las reglamentaciones
correspondientes.
q
Elevar al Rector los
programas analíticos y de examen de las distintas asignaturas y cursos.
q
Proponer al Rector las
modificaciones que estime convenientes para el mejor cumplimiento de la
enseñanza y, a requerimiento de las autoridades, sobre cualquier otro problema
pedagógico.
q
Elevar al Rector un
informe relativo a la confirmación de los profesores provisionales.
q
Transmitir al
profesorado dependiente del Departamento las directivas pedagógicas de las
autoridades.
q
Asistir periódicamente
a las clases de los profesores bajo su dependencia y vigilar el desarrollo
normal de los programas trazados.
q
Integrar los Jurados y
Comisiones asesoras para la designación de profesores y docentes auxiliares de
esa unidad.
q
Destinar no menos de 6
horas semanales para el cumplimiento de su función específica, la que
semanalmente se comunicará a Vicerrectoría, si no fuese profesor con dedicación
intensiva.
Bajo la dependencia
inmediata de cada director estaría el personal docente auxiliar y
administrativo de los laboratorios y gabinetes respectivos. En cuanto a los
requisitos para ocupar el cargo de director de departamento, se especificaba lo
siguiente:
q
Ser profesor con
dedicación intensiva, o titular, con antigüedad no menor de tres años en el
Colegio.
q
Tener a juicio del
rector del Colegio, antecedentes docentes y/o científicos y personales que
configuren capacitación para el cargo.
Cada director de
Departamento sería propuesto por el rector del Colegio para su designación por
la UBA, duraría tres años en sus funciones y podía ser nuevamente designado.
En el documento citado,
se hacía referencia a las reuniones de claustro que serían convocadas por el
director del Departamento y registradas en actas llevadas por el secretario del
rector.
Años más tarde, en marzo
de 1972, el rector del CNBA, Jorge Francisco Sanz, ad referendum del
rector de la UBA, Bernabé J. Quartino, resolvió denominar Jefe de
Departamento a los profesores que se encargasen de la dirección,
modificando en tal sentido el artículo cuarto de la resolución 262 de 1956.
Asimismo desdobló el
Departamento de Idiomas Extranjeros en Departamento de Francés y
Departamento de Inglés y Alemán. La profesora Nélida Carmen Varela fue
designada entonces jefa ad honorem del Departamento del Francés 2.
Se invocaron necesidades
pedagógicas para imponer estas modificaciones estructurales en el sistema y,
también, para crear el cargo de director pedagógico del Colegio.
Esta propuesta fue
refrendada por resolución del rector de la UBA, un mes después, y dejó
establecido que los nombramientos de los entonces jefes no importaban
compromiso alguno, para la UBA o para el CNBA, sobre pagos o consideración de
posteriores pedidos de retribuciones por esos servicios3.
Tres años más tarde, en
octubre de 1975, el rector Eduardo A. Maniglia, resolvió la realización
periódica de reuniones para los profesores integrantes de cada Departamento con
su jefe, y en cada caso, para los jefes de los departamentos docentes y para
los responsables de los departamentos no docentes, respectivamente, con él
mismo, quien asistiría a las primeras cuando lo estimase necesario.
Maniglia había asumido el
cargo un mes antes y su nombramiento estuvo a cargo del nuevo rector de la UBA:
Eduardo Magiante.
Uno de los artículos de
la resolución 428 refrendada por el rector del CNBA, establecía libros de actas
para cada tipo de reunión en la que se asentaría lo que se tratase en ellas.
Sus argumentos se basaban
en finalidades informativa y comunicativa en dirección ascendente, orientada
hacia la persona a cargo del gobierno del Colegio [para que] conozca
acabadamente el desenvolvimiento de sus actividades y disponga de los elementos
de juicio indispensables para su correcta conducción.
En tal sentido, las
reuniones periódicas con los distintos departamentos de las áreas docentes y no
docentes servirían para el logro de la comunicación y conocimiento de la labor
cumplida en todos los sectores, posibilitando la solución inmediata de los
respectivos problemas.
Los temas tratados en las
reuniones y que a partir de entonces constarían en libros de actas llevados al
efecto, permitirían el conocimiento de las conclusiones pertinentes y su utilidad
como fundamento de las medidas que se adoptarían.
La resolución de Maniglia
indicaba explícitamente la presencia y la utilidad del libro de actas en el
CNBA.
Con respecto a la
estructura de Departamento, en la segunda acta del libro del Departamento de
Francés, puede leerse que hacia marzo de 1976, el rector, junto con sus
colaboradores -vicerrectores doctor Clérici y profesor Icas Micillo- y el
asesor pedagógico, doctor Joffré manifestaba su conformidad con este régimen.
Hacia fines de 1977, en
una reunión de jefes de Departamento4,
bajo su presidencia y con la presencia de los vicerrectores de ambos turnos, el
prefecto y la directora de biblioteca, Maniglia presentó el organigrama del
CNBA. En él, señalaba la dependencia de las diferentes secciones respecto del
rectorado, en forma de pirámide y señalaba también que éste ya se encontraba
consolidado desde hacía dos años. Las diferentes áreas eran: Servicios
Generales, Ordenanza, Secretarías Técnica y Administrativa, Área Docente,
Servicio Médico y Odontológico, Prefectura, Profesores del Cuerpo Docente,
según sus respectivas especialidades. El rector agregó luego que todo el
Colegio estaba en función del alumno, eje de toda actividad, señalándose él
mismo estar en función de los profesores.
Mintzberg (1997) señala
que la estructura involucra dos requerimientos fundamentales: la división del
trabajo en distintas tareas y el logro de la coordinación entre éstas. Por su
parte, la coordinación involucra varios recursos, y podemos, entonces,
referirnos con mayor precisión, a mecanismos coordinadores, aunque debemos
notar que ellos corresponden tanto a control y comunicación como a
coordinación.
Desde el punto de vista
administrativo, un libro de actas está sometido a determinadas formalidades que
lo emparienta con aquellas impuestas por el artículo 53 del Derecho Comercial
Argentino para los libros de comercio.
Para la teneduría de los
libros de actas, existen algunos requisitos formales que conciernen a su aspecto
exterior (formalidades extrínsecas) o bien a su contenido (formalidades
intrínsecas).
El libro debe estar encuadernado
y foliado. La encuadernación y la foliatura tratan de impedir la sustitución de
hojas y la consiguiente posibilidad de fraudes. Debe estar individualizado y
con nota datada y firmada el destino del libro y el número de hojas que
contiene. Existen algunas formalidades intrínsecas. Una de ellas estipula que
el libro de actas debe ser llevado en idioma español. En otras palabras, el acta
no puede labrarse en una lengua extranjera. Además, el asiento de las
reuniones debe efectuarse en orden cronológico y según se sucedan.
En el caso de los libros de actas
de las sociedades comerciales, se prohíbe alterar en los asientos el orden
progresivo de las fechas; dejar blancos o huecos para evitar que quede lugar
para intercalaciones o adiciones, hacer interlineaciones, raspaduras o
enmiendas, y se aconseja salvar las equivocaciones y omisiones por medio de un
nuevo asiento hecho en la fecha en que se advierta la omisión o el error.
Del mismo modo, está fuera de
aprobación la tachadura de asiento alguno y la mutilación de alguna parte del
libro, como, por ejemplo, arrancar alguna hoja o alterar la encuadernación y
foliación.
Al consultar el capítulo referido
a las Sociedades en Particular, vemos que se menciona la confección de
un acta al finalizar el acuerdo asambleario para volcar en él un resumen de las
manifestaciones hechas en la deliberación, la forma de la votación y sus
resultados, con expresión completa de sus decisiones.
La aprobación del acta puede
hacerse en la misma asamblea o posteriormente, si no se labra durante la
asamblea. Se designarán en ésta, y como primer punto del orden del día,
determinados accionistas para que, junto con el presidente, la revisen,
aprueben, y suscriban.
¿Cuándo tiene valor un acta?
Desde su aprobación, y es un instrumento probatorio que da fe respecto de los
acuerdos y demás menciones que ella contenga; mientras no se pruebe su
inexactitud o falsedad.
En el caso de las sociedades, por
ejemplo, pero no exclusivamente en ellas, el acta del órgano de gobierno
permite exhibir su evolución a través de las constancias en el libro respectivo
ante los ojos de los accionistas, tanto presentes como ausentes, pues el acta
constituye el único modo con que cuentan los que no participaron en la reunión
para enterarse de lo tratado en la asamblea.
El libro de actas, en especial el
de asambleas o reunión de socios, reviste importancia fundamental en la
existencia de la sociedad, pues en él se refleja la historia de ésta, y de sus
consecuencias se derivarán derechos y obligaciones de los socios, de los
administradores y, también, derechos de terceros.
Advertimos entonces algunos
puntos de coincidencia con un libro de actas de una organización educativa.
Desde el punto de vista
administrativo, un libro de actas está sometido a determinadas formalidades que
lo emparienta con aquellas impuestas por el artículo 53 del Derecho Comercial
Argentino para los libros de comercio.
Para la teneduría de los
libros de actas, existen algunos requisitos formales que conciernen a su
aspecto exterior (formalidades extrínsecas) o bien a su contenido (formalidades
intrínsecas).
El libro debe estar encuadernado
y foliado. La encuadernación y la foliatura tratan de impedir la sustitución de
hojas y la consiguiente posibilidad de fraudes. Debe estar individualizado y
con nota datada y firmada el destino del libro y el número de hojas que
contiene. Existen algunas formalidades intrínsecas. Una de ellas estipula que
el libro de actas debe ser llevado en idioma español. En otras palabras, el
acta no puede labrarse en una lengua extranjera. Además, el asiento de
las reuniones debe efectuarse en orden cronológico y según se sucedan.
En el caso de los libros de actas
de las sociedades comerciales, se prohíbe alterar en los asientos el orden
progresivo de las fechas; dejar blancos o huecos para evitar que quede lugar
para intercalaciones o adiciones, hacer interlineaciones, raspaduras o
enmiendas, y se aconseja salvar las equivocaciones y omisiones por medio de un
nuevo asiento hecho en la fecha en que se advierta la omisión o el error.
Del mismo modo, está fuera de
aprobación la tachadura de asiento alguno y la mutilación de alguna parte del
libro, como, por ejemplo, arrancar alguna hoja o alterar la encuadernación y
foliación.
Al consultar el capítulo referido
a las Sociedades en Particular, vemos que se menciona la confección de
un acta al finalizar el acuerdo asambleario para volcar en él un resumen de las
manifestaciones hechas en la deliberación, la forma de la votación y sus
resultados, con expresión completa de sus decisiones.
La aprobación del acta puede
hacerse en la misma asamblea o posteriormente, si no se labra durante la
asamblea. Se designarán en ésta, y como primer punto del orden del día,
determinados accionistas para que, junto con el presidente, la revisen,
aprueben, y suscriban.
¿Cuándo tiene valor un acta?
Desde su aprobación, y es un instrumento probatorio que da fe respecto de los
acuerdos y demás menciones que ella contenga; mientras no se pruebe su
inexactitud o falsedad.
En el caso de las sociedades, por
ejemplo, pero no exclusivamente en ellas, el acta del órgano de gobierno
permite exhibir su evolución a través de las constancias en el libro respectivo
ante los ojos de los accionistas, tanto presentes como ausentes, pues el acta
constituye el único modo con que cuentan los que no participaron en la reunión
para enterarse de lo tratado en la asamblea.
El libro de actas, en especial el
de asambleas o reunión de socios, reviste importancia fundamental en la
existencia de la sociedad, pues en él se refleja la historia de ésta, y de sus
consecuencias se derivarán derechos y obligaciones de los socios, de los
administradores y, también, derechos de terceros.
Advertimos entonces algunos
puntos de coincidencia con un libro de actas de una organización educativa.
De acuerdo con la mayor
parte de la literatura sobre el tema del currículum, entenderemos por éste algo
más que plan de estudios o documentos prescriptivos. Incluiremos en su
definición a todo el conjunto de las prácticas educativas dentro de una
organización dada en un contexto sociohistórico determinado. Desde el
currículum prescripto, el currículum presentado a los docentes, el moldeado por
los docentes, el currículum en acción, el currículum aprendido y el currículum
evaluado, todos enfatizan las transformaciones y recreaciones que se operan
desde su gestación por alguna autoridad, hasta cada una de las aulas y actores
involucrados (Caruso y Dussel, 1998). Quizás esto tenga que ver con la noción
de currículum como texto, como advierten los autores citados inspirados en el filósofo francés Derrida,
para quien todo texto supone una práctica textual en la que se producen
sentidos. La concepción de sentido estará entonces estrechamente vinculada a la
subjetividad, individual y grupal.
Ahora, si bien la norma nunca puede prescribir todo, Frigerio y otros
(1992) señalan que tiene un poder regulador muy importante sobre las prácticas
individuales y grupales.
Durante
un cuarto de siglo, se manifestaron diferentes propuestas que acompañaron el
devenir curricular, en lo que específicamente se refiere a la
enseñanza-aprendizaje del FLE.
2.1.1.
Los planes de estudio y el FLE
Corría el mes de marzo de
1972, cuando el rector del CNBA, Jorge Francisco Sanz, ad referendum del
rector de la UBA, Bernabé J. Quartino, resolvió desdoblar el Departamento de
Idiomas Extranjeros en Departamento de Francés y Departamento de Inglés y
Alemán.
En la primera acta del
libro del Departamento de Francés que daba cuenta de la reunión realizada el 15
de diciembre de 1975, uno de los temas del orden del día era la situación del
Francés en el CNBA.
La discusión sobre el
devenir curricular para la enseñanza-aprendizaje del FLE, en el CNBA,
constituyó uno de los temas más recurrentes en las deliberaciones docentes de
las reuniones de Departamento: 69 %
La discusión sobre
cambios y modificaciones de textos FLE, 39 %.
La discusión sobre
programas y modalidades de exámenes, 34 %.
La discusión y referencia
a las modificaciones de los planes de estudio en el CNBA, 34 %.
La discusión y referencia
a la selección, organización y confección de guías de ejercitación, 32 %.
El pedidos y referencia a
la adquisición de materiales para el Departamento, 32 %.
El pedido de informes
escritos sobre los cursos, 26 %.
El pedido de
disponibilidades horarias. 19 %.
Temas de disciplina y sanciones,
17 %.
En 1975, los docentes de
francés coincidían en señalar la limitación del estudio de las lenguas vivas a
un solo idioma, por alumno, en todo el ciclo secundario siendo [el
Colegio] un establecimiento modelo que prepara para la Universidad.
En una nota de noviembre de 1976,
dirigida al doctor Sol Rabasa, a cargo del Rectorado de la UBA, en la que se
solicitaba, entre otras cosas, el reconocimiento de carácter terciario del
CNBA, para sus profesores el nivel de remuneración concedido a los Institutos
del Profesorado y para sus egresados el título de bachiller nacional
universitario, el rector Maniglia señalaba que la enseñanza de lenguas
clásicas, el Latín, en particular, según el plan aprobado por Resolución del
Consejo Superior número 66/76, abarcaba cinco de los seis años de estudios.
Existía el propósito de impartir una sólida cultura humanística. En lo
que respecta a las lenguas modernas, es
intenso el cultivo de los idiomas europeos contemporáneos, Inglés y Francés7.
Para ese año, se anunciaba
una estructuración en el número de divisiones con respecto al ciclo 1976. Así
el primer año contaría con diez divisiones (cinco en el turno mañana y cinco en
el turno tarde), el segundo año, con ocho (cuatro en el turno mañana y cuatro
en el turno tarde y con la reducción de dos). El tercer año, con seis
divisiones (cuatro en el turno mañana y dos en el turno tarde) El cuarto año,
con diez (cinco en el turno mañana y cinco en el turno tarde, conservando el
número). El quinto año, con diez divisiones (cinco en el turno mañana y cinco
en el turno tarde, habiéndose perdido una división en el turno tarde) y
finalmente, el sexto año, con un total de diez divisiones (cinco en el turno
mañana y cinco en el turno tarde, habiéndose perdido también aquí una división
en el turno tarde).
Entre algunos de los
temas de la primera reunión del año 1977, convocada por Maniglia y con la
asistencia de los vicerrectores del turno mañana y tarde, se solicitaba a los
jefes de Departamento una revisión de contenidos de los programas de todas las
asignaturas. Éstos debían ser objetivos y científicos para lograr el más alto
nivel, debían contener un espíritu humanista y cultivar los valores morales
éticos positivos. Se recordaba además la conveniencia por lograr una mayor
coherencia entre Departamentos, buscando la correlación de materias.
Para el ciclo lectivo
1977, los ingresantes con el mejor puntaje del ingreso elegían idioma, el resto
iba a sorteo público en el Aula Magna. La limitación a la enseñanza de una
lengua era considerada por los docentes del Departamento de Francés como un
anacronismo8.
Hubo que esperar hasta
junio de 1980, la resolución 249 del Consejo Superior de la UBA, que propuso la
modificación del plan de estudios para la enseñanza de Francés e Inglés destinado
a todos los alumnos del CNBA.
Esta modificación
mantenía las horas establecidas para uno de los idiomas y proponía el dictado
del otro en los cursos de quinto y sexto año con una intensidad de tres horas
semanales.
La enseñanza de Inglés y
Francés para todos los alumnos del CNBA comenzaría a implementarse en el año
académico 1981.
Volviendo a 1977, además de los
cursos curriculares, existían cursos de Aprendizaje y de Apoyo, actividad
extracurricular en la que podían inscribirse los alumnos. Con un total de 133
alumnos (70 del turno mañana y 63 del turno tarde), cada grupo conformado por
14 ó 15 alumnos realizaría una progresión, decidida de común acuerdo, igual a
la que se seguía en los cursos de primero a tercero, es decir, con el texto Voix
et Images de France.
Se recomendaba que para
constituir los grupos, era conveniente que los alumnos de una misma división (o
grupo de curso desdoblado) fuesen a la misma hora. Para la conformación de
estos grupos, la jefa del Departamento, profesora Varela, sugería tomar tests
para conocer el nivel alcanzado y llevar cuadernos para la mejor organización
de estos cursos.
Ahora bien, desde julio
de 1978, fecha en que registra el acta número 13, hasta enero de 1984 en que
aparece el acta número 14, advertimos
una ruptura en la narración escrita: no se registran actas que consignen
reuniones de jefes de Departamento con el rector ni reuniones del Departamento
de Francés, como las que se venían realizando y asentando en el libro de actas.
En otras palabras, al
chequear la foliación del libro y la numeración cronológica, no se registra
ningún acta escrita durante un período de cinco años y medio, y se evidencia
así una interrupción en el registro.
En el período de
veintitrés meses que cubre desde diciembre de 1975 hasta noviembre de 1977, se
consignan en el libro de actas 12 reuniones del Departamento de Francés. Esto
correspondería a un promedio de una reunión mensual cada 1.92 mes.
Luego de este acta puede
leerse una copia de la nota que Maniglia dirigió a la jefa de Departamento,
profesora Varela. Data del 13 de julio de 1978. En ella, el rector le
solicitaba un informe sobre el porcentaje del programa encarado, sus
consideraciones sobre el cronograma, los temas omitidos y las posibles reformas
curriculares, el porcentaje de alumnos eximidos al finalizar el segundo
bimestre y una estimación de los
alumnos que deberían rendir exámenes en diciembre y marzo 1979.
Sabemos por otras fuentes
que la gestión de Maniglia culminó abruptamente con su muerte, unas semanas más
tarde, el 26 de agosto de 1978 (Garaño y Pertot, 2002).
Hasta 1982, Micillo quedó
como vicerrector a cargo de la rectoría, pero nunca fue confirmado oficialmente
por la UBA como rector. En abril de 1982, renunció para ocuparse de la
secretaría de Educación de la Municipalidad de Buenos Aires. El puesto vacante
fue ocupado por Alfredo de las Carreras, un ex alumno del Colegio (Garaño y
Pertot, 2002), quien se ocupó de la rectoría hasta poco antes de la asunción,
como presidente de la Nación, de Raúl Alfonsín, en diciembre de 1983.
En 1983, Prévide dejó de
ser vicerrector del turno mañana y su lugar fue ocupado por Elena Juncal, que
enseñaba Castellano. Como vicerrector del turno tarde asumió Francisco Azamor,
profesor de Historia del Arte (Garaño y Pertot, 2002).
Con la vuelta de la
democracia, el nuevo ministro de Educación, Carlos Alconada Aramburu designó
como rector normalizador de la UBA a Francisco Delich, que, a su vez, nombró al
doctor Horacio Sanguinetti. Se trataba de un
ex alumno, profesor de Derecho -cesanteado por Maniglia y reincorporado
por De las Carreras- e hijo de un antiguo rector y profesor de Literatura del
Colegio, en la década del sesenta, Florentino Sanguinetti.
La nueva jefa del Departamento de
Francés, profesora Paulina Scheinkestel de Goldstein, retomó la narración y el
registro departamental. Desde enero de 1984 hasta diciembre de 2000, se
consignan 34 reuniones que dan un promedio de una reunión cada 6 meses.
Durante 1984 y el
siguiente año, se dictaría Francés en primero, segundo y tercer años y se
mantendría el Francés funcional en cuarto y quinto años. Uno de los argumentos
para pedir el restablecimiento de la enseñanza del Francés en cuarto año era
que tres años eran insuficientes para dar al alumno una base buena del idioma
que le permitiría tener un acceso fluido a la bibliografía extranjera,
indispensable en la Universidad. Se insistía también en la importancia de la
lengua escrita en la enseñanza de un idioma extranjero y se mencionaba el
interés de los estudiantes por proseguir sus estudios de francés.
Las modificaciones
curriculares inquietaban a los docente: ¿los alumnos iban a continuar con tres
años de francés y el cuarto de literatura?, ¿se iban a desdoblar divisiones?,
¿en quinto y sexto años seguiría el francés funcional?, ¿cómo se encararía este
cuarto año de literatura francesa?, ¿con cuántas horas?, ¿habría cursos de
contraturno?
Garaño y Pertot (2002)
señalan que en 1985, la UBA creó el Ciclo Básico Común (CBC), con el que se
eliminó el examen de ingreso. El sexto año del CNBA, que hasta ese momento
había permitido el ingreso directo a la UBA era puesto en cuestión. El Consejo
Superior de la UBA decidió, en setiembre de 1985, que los alumnos de los
colegios universitarios podían cursar –y a partir de 1986- el CBC presentando
el título de quinto año, medida que dejaba abierta la posibilidad de cursar
sexto simultáneamente.
A comienzos del 1985, la jefa del Departamento dio a conocer
la situación de la asignatura Francés en el CNBA: sólo se dictaría en los tres
primeros años en todas las divisiones, pese a sus esfuerzos para prolongar el
desarrollo a los años restantes. La causa invocada era la inclusión de una
nueva asignatura, Informática, que
limitaba las posibilidades horarias de los alumnos.
Se suspendía el dictado
de Francés en quinto año, pero se mantenía en sexto. Los cursos de literatura
francesa en contraturno y para aquellos
alumnos de cuarto y quinto años, inscriptos previamente en vicerrectoría, comenzaron a dictarse ese mismo año.
A mediados de ese año, la
profesora Goldstein convocó a los docentes para conocer su opinión escrita
sobre las posibles modificaciones en el plan de estudios y cambios en el
desarrollo de las materias. Esta consulta fue realizada con antelación por el
rector Sanguinetti a los jefes de Departamento.
Hacia fines del noviembre
de 1985, la situación de los idiomas extranjeros en el CNBA era la siguiente.
Existían diferentes propuestas para la renovación de los planes de estudio. La
profesora Goldstein sostenía el estudio del Francés y del Inglés durante toda
la carrera [6 años], pero pese a la buena disposición del rector hacia el
Francés se objetaba la falta de tiempo para ambos idiomas. La solución
provisoria para el ciclo que se iniciaba en 1986 y en lo que atañe a los
idiomas, era ofrecer Francés a la mitad de los ingresantes a primer año, e
Inglés, a la otra mitad. Igual división se realizaría en los demás años, de
segundo a sexto. Cada curso completo estudiaría el único idioma que le
correspondiese durante los seis años de estudio y los alumnos de mejor promedio
podrían elegir el idioma de su preferencia.
Un nuevo plan de estudios
entró en vigencia en el año académico 1986 y el Colegio gozaba de su nuevo
estatus de autonomía universitaria. Seis de las once divisiones de primer año
estudiaban Inglés, por lo que la jefa del Departamento de Francés solicitaba al
rector que el año siguiente, Francés tuviese el mismo tratamiento.
Cuarto, quinto y sexto
años mantenían el programa de base al que se incluía el estudio de textos
literarios. Sin embargo, varios profesores hicieron notar las dificultades que
acarreaba un programa demasiado ambicioso y presentaban los siguientes
argumentos: existía un olvido previsible de los alumnos por la materia era
necesario tomar en cuenta los intereses de cada grupo que podían no coincidir
con las propuestas programáticas y era evidente el menor tiempo de clases para
el sexto año, que comenzaban más tarde y finalizaban más temprano. El curso era
optativo y con tres horas, a diferencia de cuatro en los demás cursos, hasta
entonces.
La modificación
introducida en el plan de estudios disminuía las horas cátedras en todas las
materias y se sugería entonces utilizar los servicios de los profesores
perjudicados para preparar a los alumnos para ingresar en la Facultad 9. El dictado de Francés pasaba de cuatro
horas semanales a tres.
Esto fue evaluado
negativamente hacia fines del año 1986. Se advertía un desfasaje que obligaba a los docentes a
adecuar los programas a la situación de cada curso. Sin embargo, se esperaba
que el nuevo programa permitiese un trabajo más coherente.
La pérdida de una hora,
especialmente en los cursos de primero y segundo años, la dificultad en la
introducción de la gramática al dar literatura en cuarto y quinto años, la
falta de práctica oral, debido en parte a la reducción horaria y a una mayor
facilidad de los estudiantes por la expresión escrita, eran argumentos para
insistir en el pedido de restitución de la cuarta hora. También se solicitaba
la incorporación de un profesor de apoyo en contraturno para asegurar una mayor
ejercitación en la parte oral y responder a consultas generales.
En cuanto a los
contenidos, la profesora de la Torre sugería la conveniencia de trabajar, en quinto año, autores del siglo XIX y
reservar para sexto, el estudio de autores del siglo XX. Por su parte, la
profesora Yohai de Levy proponía incluir bibliografía del ciclo básico
universitario, dando prioridad a los textos de especialidad, según la
orientación de cada curso (Ciencias o Humanidades). La jefa agregaba que,
puesto que la orientación estaba definida desde el quinto año, se podía
trabajar en dicho nivel con el mismo margen de libertad y flexibilidad.
Esta búsqueda de
articulación entre la escuela media y la Universidad figuraba ya entre las
conclusiones del congreso marplatense de colegios universitarios, reunión que
se conoce con el nombre de JEMU: Jornadas de Escuelas Medias Universitarias.
Se sugería entonces que
todos los colegios universitarios tuviesen un sexto año, donde se podrían
dictar materias universitarias con el fin de lograr una mejor articulación
entre ambos niveles. Cada colegio medio universitario reclamaba además,
libertad para decidir sobre su mecanismo de ingreso.
El proyecto del nuevo
plan de estudios, anunciado a comienzos del año 1988, preveía la mitad de los
cursos con Inglés y la otra con Francés, y la incorporación de un turno
vespertino con dos nuevos primeros años. En ese mismo año, la profesora Arcioni
se hacía cargo de la jefatura del Departamento.
Un año más tarde, en
1989, se creó un nuevo primer año en el turno mañana, con el que sumaban trece
cursos en los tres turnos. En noviembre, murió la profesora Arcioni. La
jefatura fue cubierta interinamente, hasta marzo de 1990, por el vicerrector
Francisco Azamor.
Para la distribución de
las horas, la nueva jefa, profesora Alvis de Foncuberta, mencionaba la
organización de un horario pedagógico para el que se tendría en cuenta la
titularidad y antigüedad del docente en la cátedra.
Hacia 1996, se comentaba
la posible adaptación del plan de estudios del CNBA a la Ley Federal de
Educación. Se proponía realizar dos
cursos de ingresos: uno para sexto y otro para séptimo grado, de lo que había
sido hasta entonces la escuela primaria, reemplazada por la ley por la EGB3.
Desde entonces y hasta la
fecha de este trabajo, no hubo modificaciones en el plan de estudios del CNBA.
2.1.2.
Sobre métodos y
manuales
Pasquale (2003) nos ayuda
a distinguir entre “método” y “método” en tanto “manual”. La autora coincide
con Besse al vincular el primer término a “un conjunto razonado de
proposiciones y procedimientos (…) destinados a organizar y a favorecer la
enseñanza y el aprendizaje de una segunda lengua”. Cita también a Puren quien
lo define como “un conjunto de procedimientos y técnicas de clase cuyo objetivo
es el de suscitar en el alumno un comportamiento o una actividad determinada”.
La autora reconoce que
los “manuales” son sólo uno de los materiales destinados a la enseñanza
aprendizaje de LE, aunque de los más importantes. Los manuales actúan con las
gramáticas, los libros de ejercicios, las guías pedagógicas, los casetes, etc.
Así los manuales son “puestas en texto”, más o menos fieles, de los métodos
empleados en un momento determinado, concluye Pasquale.
A mediados de los
setenta, el audiovisualismo10 se
imponía en la enseñanza aprendizaje de las lenguas extranjeras. El CNBA no era
ajeno a esta tendencia.
Así, en vistas al
comienzo de año académico 1975 y dadas las ventajas de De Vive Voix sobre
Prenez la parole, el Departamento de Francés decidió adoptarlo en todas las
divisiones de primer año, y se anunció la confección de fotocopias de los
libros de imágenes en la imprenta del Colegio, ya que la importación estaba
cerrada.
Tercero y cuarto trabajarían con Voix
et Images de France (V.I.F.) y quinto con textos literarios.
La jefa del Departamento,
profesora Varela aseguraba que la materia Idioma Francés era
eminentemente práctica y que no al no existir material de trabajo apropiado
para el nivel de los alumnos del establecimiento, se confeccionarían
cuadernillos de ejercicios para cada año de estudios.
De este modo, los
profesores reunidos en comisiones de trabajo confeccionarían para todos los
cursos la ejercitación escrita que se reunirían en cuadernillos, para lograr
una eficaz fijación de lo aprendido y un mayor rendimiento.
Todo el material escrito sería
entregado al Departamento de Publicaciones y se sugería la intervención del
rectorado para que este Departamento dé prioridad a lo elaborado por los
profesores de Francés, puesto que, visto el precio de los libros, no se
recomienda su uso, el que sería parcial. En cambio, la elaboración preparada
responderá plenamente a los programas del Establecimiento 11.
Se establecieron comisiones de
docentes que estuvieron encargados de elaborar los siguientes materiales: para
primer y segundo años, un cahier de l’étudiant con un libro del
profesor, realizado por la profesora Arcioni. Para tercer año, un cuadernillo
de Révision d’orthographe, que se complementaba con Verbes au passé,
Les pronoms personnels, Verbes pronominaux, Le futur antérieur,
Le plus-que-parfait, Le subjonctif y L’hypothèse. La
lectura complementaria propuesta era Qui est le barbu? y extractos de
obras escritas en francés fácil.
Para cuarto año, se proponía un
cuadernillo de Exercices que se complementaba con fichas sobre Le
subjonctif, L’hypothèse y un texto escrito, también en francés
fácil: De la Provence à Paris.
El material para quinto año
proponía fichas sobre Le futur antérieur, Le plus-que-parfait y
copias de Les fleurs du Mal, de Charles Baudelaire y Rhinoncéros,
de Eugène Ionesco.
De esta forma, se esperaba que
con este material los alumnos lograsen una mayor fijación de lo aprendido y,
por ende, un mayor rendimiento.
La opinión general de los
profesores acerca del funcionamiento de los cuadernillos para alumnos fue
positiva, y se sugería para el siguiente año, adaptar la progresión lingüística
de De Vive Voix, adelantando algunos conocimientos lingüísticos.
Asimismo se agregarían textos de lectura de la revista Passe-Partout, selección
que estaría a cargo de las profesoras Arcioni y Gabisson.
Por su lado, la primera
acta del ciclo 1977 resumía la convocatoria realizada a los profesores que
dictarían Literatura Francesa en quinto año, con el objetivo de tratar el
contenido y el desarrollo del programa, y se hacía notar que éste debía estar
condicionado al material por emplear. Se aconsejaba que fuese fácil de
encontrar y en modo ninguno oneroso para los alumnos.
Se solicitaba a las
profesoras del turno mañana, Scheinkestel de Goldstein y Aguilar, la confección
del programa, según el condicionamiento nombrado. Meses después, al finalizar
ese año, la profesora Aguilar proponía un mayor trabajo de lengua para los
cursos de apoyo de quinto año.
Se recordaba a los profesores que
el desarrollo de los programas incluía el agregado de textos en lengua usual y
literarios para los años superiores.
En un acta de noviembre de 1977 y
en vistas a la preparación de cursos para 1978, uno de los profesores del
Departamento proponía la iniciación a la lectura de libros en segundo año.
La jefa del departamento sugería
la confección de ejercicios que incluyeran, en lo sucesivo, trabajo oral,
además del escrito, y ejercicios que exigiesen mayor creación por parte del
alumno.
Junto con esta sugerencia se
agregaba un pedido para que la ejercitación de cuarto año incluyera más
entrenamiento en lengua escrita y nociones literarias. Se invitaba además, a
presentar nuevos textos para tercer año, pues en ese año en curso, habían
concluido las lecciones de De Vive Voix.
Para el cuarto año, se anunciaba
la posibilidad de presentar lecciones de “transición” y se sugería insistir en
su contenido gramatical. Se invitaba a incorporar textos de autor adaptados con
el Passé Simple, tiempo verbal que hasta entonces era visto recién en
quinto año. Los textos de consulta sugeridos para la confección de ejercicios o
para utilizar completos eran: Le Moulin à Paroles, y Le Francais
Actuel, de Moirand y Quémada.
Se recomendaba insistir
en las conjugaciones de verbos en primer año, consultar el cuadernillo de
verbos de la editorial Hatier y presentar a los alumnos por escrito las
conjugaciones de verbos del Francais Fondamental.
Mencionamos con
anterioridad un cese en el registro de actas durante cinco años y medio, y no
podemos consignar cuáles fueron los temas de discusión durante este período.
La narración y el
registro se retoman al comenzar el año 1984, cuando la nueva jefa del
Departamento, profesora Scheinkestel de Goldstein, en su presentación sugería
abrir el debate acerca de un posible cambio del texto en vigencia, De Vive
Voix, por otro más moderno, según
su opinión.
En un primer momento se
propuso adoptar Cartes sur table en primer año, y mantener De Vive
Voix en los años superiores, advirtiendo sin embargo, que con este último, los alumnos estaban preparados
para el oral, pero poco para el escrito. Por tal motivo, la profesora
Scheinkestel de Goldstein sugirió utilizar más textos, incluso los del libro de
imágenes de De Vive Voix, y otros para habituarlos a leer en el
idioma que estaban aprendiendo.
Semanas más tarde y antes
del inicio del año académico, se descartó Cartes sur table, por
presentar los siguientes inconvenientes: se trataba de un texto para adultos,
su progresión no era adecuada y la guía para el profesor era incompleta.
Se presentó el texto Et
voilà elaborado por dos profesoras del cuerpo de profesores del CNBA:
Arcioni y Gabisson. A partir del año
académico 1984, éste seria utilizado en forma experimental en algunas
divisiones de primer año del CNBA y, según se anunciaba también, en varios colegios de la capital y del
interior del país.
Mientras se esperaban los
resultados del texto experimental en algunos cursos y al no existir ningún otro
texto adecuado para los alumnos del CNBA, además de no ser conveniente el uso
simultáneo de demasiados métodos, los docentes acordaron continuar con De
Vive Voix en primero, segundo y
tercer años. Para quinto y sexto años, se adoptaría Intercodes. Se
sugirió además la lectura de libros complementarios: Le francais facile en
bande dessinée para primer año, Le
train bleu para segundo año, Le petit Nicolas para tercero, u otros
de nivel similar.
En la década de los
noventa, las profesoras Díaz, Mantero y Famularo proponían a sus alumnos de
segundo año, puestas en escena o realización de videos a partir de estos
textos.
Años antes y con el
retorno de la democracia, se mencionaba la intención de llamar a concursos para
proveer cátedras entre las que figuraba el Francés. Las titularizaciones en
cátedras de FLE, a través de concursos, se efectivizarían recién en 1996 y en
2000.
Los problemas de
disciplina también se incorporaban a la agenda de la reunión departamental. Se
mencionaba la ausencia reiterada de estudiantes en horas de clases por lo que
se solicitaba a los docentes un control de asistencias en el parte diario y la
necesidad de evitar la entrada y salida de clase de los alumnos. Como así
también, la observación de la prohibición de fumar, tanto para docentes como
para alumnos.
En relación con esta
temática, la profesora Goldstein solicitaba que no hubiese pruebas castigo y
que no se pusieran malas notas para resolver problemas de conducta. Para ello
existían las medidas disciplinarias pertinentes y la asesoría de especialistas
que las autoridades o los profesores podían consultar.
En las reuniones de
Departamento, se transmitía el propósito del rector Sanguinetti por establecer
la libertad con orden y responsabilidad, lo cual implicaba que se
tendería a la autodisciplina, pero se sancionarían las ofensas, la rotura de
bienes públicos y las pérdidas de tiempo12.
Durante la licencia del
rector Sanguinetti, motivada por su desempeño en el cargo de Secretario de
Educación de la Ciudad de Buenos Aires, el rector Groisman anunciaba por nota
escrita -enviada a los docentes en marzo de 1997-,que las suspensiones serían
reemplazadas por un sistema de amonestaciones y que los consejos de convivencia
funcionarían en cada turno, presididos por el respectivo vicerrector e
integrados por representantes electos de profesores y estudiantes, miembros del
Departamento de Alumnos y del Departamento de Orientación.
Estos consejos de
convivencia se mantienen en la actualidad, y en ellos se someten a
consideración todos los problemas que aparecen en la convivencia institucional.
Incluso las sanciones cuando revisten cierta gravedad. Sus decisiones no tienen
carácter vinculante, pero cuando los vicerrectores se aparten de ellas deberán
invocar las razones que tengan para hacerlo. En estos consejos no se tratan
problemas relacionados con docentes sin que previamente haya tomado
intervención el respectivo Departamento.
Volviendo a la década del
ochenta, el uso de Et voilà se adoptada en los distintos años debido a
los resultados favorables. Se descartaba el empleo de De Vive Voix y se
insistía en la incorporación de textos en francés sencillo. Hacia fines de 1985
, la evaluación del método “Et voilà” era favorable por parte de los
docentes.
Los cambios de reglamento
también contemplaban los exámenes de diciembre y marzo. En 1985, para marzo se
estipulaba lo estudiado durante el año cursado. Diez años más tarde, en 1995,
se proponía incluir en los exámenes un texto de comprensión escrita, ejercicios
de redacción, ejercicios de gramática, la lectura de un texto y la elaboración
de un diálogo para evaluar la expresión oral. Tanto el examen escrito como el
oral eran eliminatorios.
En reiteradas ocasiones,
quedó registrado el pedido a los docentes de un informe escrito detallando lo
hecho en los cursos, una evaluación de los resultados obtenidos, modelos de
exámenes y la presentación de copias de los textos complementarios utilizados.
Esto constituiría lo que se conocería, a fines de la década de los noventa,
como hoja de ruta de cada profesor.
A mediados de los
ochenta, el rector Sanguinetti había manifestado su deseo de que los alumnos
obtuviesen un certificado de la Alianza Francesa. La preparación para
acreditaciones externas FLE se volvió a discutir en 1999 y los docentes optaron
entonces por el CLE, Certificado de Lengua Extranjera, otorgado por la
Secretaría de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, y cuya preparación fue
incorporada progresivamente en los diferentes años, a partir de segundo. A diferencia del DELF, acreditación
internacional otorgada por el Ministerio de Educación francés, el CLE era
gratuito y respondía mejor a las condiciones del CNBA, grupos numerosos con poca práctica del oral.
Volviendo al tema de la
literatura en cuarto año, la profesora Goldstein sugería esbozar un panorama de
la literatura francesa en los siglos XIX y XX, y estudiar luego algunos autores
representativos 13. Se sugería la
bibliografía Dix siècles de littérature francaise II (siglos XIX y XX),
de la editorial Bordas.
Para quinto y sexto años,
el programa podría aplicarse con un criterio de mayor libertad, teniendo en
cuenta los intereses de los alumnos sobre la base de ciertas estructuras
consideradas importantes.
La profesora Brea de
Cárrega proponía dar prioridad al análisis de textos de diversa índole
(extraliterarios) a partir de los cuales se podrían estudiar los diferentes
tipos de relaciones lógicas. La producción oral era también un objetivo que no
debía descuidarse. La citada docente se manifestaba partidaria de postergar la
literatura hasta el comienzo de 1987, en los cursos de quinto año. Planteaba
además, la necesidad de definir los objetivos para alcanzar en los cursos
superiores (cuarto, quinto y sexto años) y centrar la discusión en la prioridad
dada a la lengua o a la literatura. Se convenía en que era posible trabajar
ambos aspectos a partir de diferentes textos. Por su parte, la profesora de la
Torre proponía la inclusión de trabajos de tipo nocional, ya que los textos
literarios podían servir para la enseñanza de la gramática, aunque reconocía su
poca adecuación para la parte comunicativa. La profesora Yohai de Levy sugería,
a su vez, una iniciación a la argumentación.
La jefa de Departamento,
profesora Arcioni, consensuó con los docentes los objetivos para alcanzar en
los diferentes cursos. Para ello se establecieron prioridades entre las cuatro
competencias14: comprensión oral y
escrita y expresión oral y escrita. En los cursos de cuarto y quinto años, se
privilegiarían la comprensión oral y escrita y la expresión oral, limitando la
expresión escrita para la sistematización gramatical. Se incluirían, en cuarto,
temas de civilización y se agregarían temas de gramática no vistos en los años
anteriores, intensificando los temas ya tratados.
Se solicitaba a los
docentes la búsqueda de textos de civilización que pudieran interesar a los alumnos
con el fin de armar un cuadernillo para fotocopiar. Luego quedaba a criterio de
cada profesor elegir aquellos que se adecuasen más a su clase y proponer una
lectura completa de un cuento, de una pieza de teatro, preferentemente de un
autor del siglo XX. Esto también estaba previsto para el quinto año además del
añadido de temas de civilización y enseñanza incidental de la gramática a
partir de los textos propuestos.
Para los cursos de
primero, segundo y tercero, se insistía en la necesidad de utilizar la técnica
de la comprensión global de textos literarios y no literarios. Los docentes de
los primeros podían elegir Sans Frontières o Et voilà, y
proseguir con el mismo texto en segundo y tercer años.
Hacia fines de 1988, la
profesora Arcioni presentó un proyecto de programa para primero y segundo años
con contenidos mínimos a partir de objetivos de comunicación, elementos
gramaticales y sistema verbal que podía adaptarse, tanto a Sans Frontière
como a Et voilà, y propuso una revisión del programa de quinto
año, literatura del siglo XX.
Los cuadernillos de
ejercicios de gramática y una selección de textos de civilización, serían
preparados por los docentes, reunidos en pequeñas comisiones, para su empleo en
el año 1989. Se advertía que este material auxiliar tenía como objeto facilitar
la tarea de los profesores y mejorar la sistematización gramatical y el repaso
de ciertos puntos esenciales.
Durante ese año, el
bicentenario de la Revolución Francesa debía tenerse en cuenta a través de
textos alusivos y, desde el Departamento, se anunció la puesta en marcha de
nuevos programas de enseñanza de primero a tercero, basados en actos de
comunicación y común a los dos textos de enseñanza [Sans Frontière et Et
voilà]; el de cuarto año, con temas de civilización y gramática15.
La última acta de reunión
de ese año anunciaba un balance que determinaba, entre otras cosas, la
supresión del cuadernillo de ejercicios, ya que se encontraron en él muchas
dificultades para su empleo16 y el resultado de la discusión sobre los
textos con la adopción de Sans Frontière I para primer año. Para segundo, se continuaría con el texto
utilizado en el año anterior, hasta finalizarlo. Tercero año utilizaría el Sans
Frontière II, de acuerdo con una selección de lecturas. No habría modificaciones
para cuarto ni quinto años.
Sin modificaciones
también para el año 1990 y 1991. Se acordó que aunque se podían utilizar
documentos auténticos, se utilizarían sobre todo el libro elegido17. Se aconsejaba, en reiteradas
ocasiones, empezar y cumplir el programa anual y consignar las fechas de las
evaluaciones escritas en vicerrectoría.
Para el comienzo del año
académico 1992, se incorporaron los coordinadores: para primer año, la
profesora Pedrini; para segundo, la profesora Ramos; para tercero, la profesora
Fernández; para cuarto la profesora Alvis de Foncuberta; y para quinto, la
profesora Yohai de Levy. Los mismos tenían como tarea: clases de apoyo,
observación de clases, reemplazo de profesores ausentes o con licencia,
preparación de material optativo (juegos, canciones, etc.)18.
Para quinto año se
presentó un programa alternativo, donde no sólo se realizaría el análisis de
una o dos obras literarias, sino que también se desarrollaría un panorama
general de la literatura francesa del siglo XIX, durante la primera parte del
año.
Las técnicas de
evaluación también entraban en la agenda del Departamento y era intención de
todos organizar un cursillo de perfeccionamiento. El curso realizado en abril
de 1994 por las francesas Courtillon y Barbé sobre la Evaluation et
l’Approche Communicative, sirvió para discutir, en sucesivas reuniones, los
conceptos de evaluación, control y evaluación formadora.
Para ese mismo año, se
proponía fijar pautas de producción escrita en los distintos niveles, teniendo
como bases los contenidos exigidos por el DELF19
e iniciar en dos divisiones de primer año el libro Libre Echange. Dos
años más tarde, se decidió el cambio para todas las divisiones y, por
sugerencia de la profesora Scheinkestel de Goldstein, la utilización de Libre
Echange II para tercero y cuarto años.
A fines de 1997, las
profesoras Mantero, Díaz y Fernández proponían realizar una experiencia con Tempo,
en primer año. Dos años más tarde, se advertían sus desventajas, como así
también las de Libre Echange II.
Cabo señalar que a través
de las actas también se consignaban algunos acontecimientos que modificaban la
continuidad de la tarea. En 1999, la nueva jefa, profesora Rosana Famularo,
mencionaba la suspensión de actividades por paros y la vuelta olímpica. Esta
última repercutió también en la convocatoria extraordinaria de docentes para la
organización de mesa de exámenes de francés destinados a los alumnos de quinto
año que se habían quedado libres.
Después de analizar las
ventajas y desventajas de varios textos (Panorama, Reflets, Espace,
Champion pour le DELF, Café Crème, Diabolo Menthe), para
el 2000 se propuso poner en marcha Café Crème I en todos los cursos de
primer año y Café Crème II en tercero.
Se evidenciaban
dificultades en el manejo de la expresión oral individual en los grupos
numerosos y se detectaban algunos problemas puntuales de conducta y falta de
hábitos de estudio en primer año.
Sin embargo, y a pesar de
las dificultades, las profesoras señalaban que los grupos podían ser motivados
con buenos resultados de enseñanza-aprendizaje.
La experimentación a
partir de textos literarios fue encarada por la profesora Achával cuyos alumnos
trabajaron con textos del escritor contemporáneo Alain Riffaud. Tuvieron luego
un intercambio epistolar con el autor y realizaron adaptaciones de textos para
puestas en escena. Internet era incorporada como recurso por la profesora
Mantero,,que coordinaba un proyecto de intercambio epistolar electrónico entre
sus alumnos y jóvenes francoparlantes.
Otras actividades extracurriculares
abrieron la oferta FLE en el CNBA. Así, en junio del 2000, el Departamento de
Francés organizó la primer edición del festival Faites de la Musique, actividad
que convocó a alumnos del CNBA y jóvenes de otros colegios.
El centenario de Antoine
de Saint-Exupéry fue la ocasión para convocar a una actividad
científico–literaria organizada por el quinto año del turno noche, a cargo de
la profesora Achával y los docentes del observatorio astronómico del CNBA. Los
alumnos de primer y segundo años de la profesora Mantero aseguraban la
realización de las carteleras temáticas.
La visita de los actores
de la Comédie Francaise permitió a aquellos alumnos que también
participaban de la puesta en escena de Le Bourgeois Gentilhomme interactuar
con locutores reales, desde lo lingüístico y lo artístico.
El primer jumelage
o intercambio realizado, ese año, con un colegio francés, David d’Angers,
fue posible por la colaboración del Departamento de Extensión Cultural y de las
familias anfitrionas del CNBA. Los alumnos del CNBA retribuirían la visita a
sus compañeros franceses en marzo del 2001, a través de un proyecto
interdepartamental Tras las huellas del arte, realizado en colaboración con los Departamentos de Historia del
Arte y Extensión Cultural.
2.1.3. Los apoyos y los recursos
La Asociación Cooperadora “Amadeo
Jacques”, la biblioteca del Colegio y el Departamento de Publicaciones,
formaron parte del staff de apoyo permanente que suministró apoyos
indirectos a las misiones básicas del Departamento de Francés.
En cuanto a los recursos
materiales puestos a disposición de los docentes del Departamento, la lectura
cronológica de las actas de las diferentes reuniones nos permitieron conocer la
efectiva intervención de la Asociación Cooperadora. Adquisición de proyectores
para filminas y de lámparas, mantenimiento de los mismos, provisión gratuita de
un cierto número de fotocopias para el Departamento, compra de casetes audio y
video, compra de libros y suscripción anual a publicaciones de especialidad se
cuentan entre sus aportes.
A través del libro de actas, se
establecían prescripciones en cuanto a la manipulación y mantenimiento de
proyectores, grabadores y del equipamiento del laboratorio de idiomas. Este
último realizado gracias al aporte de la Asociación y puesto en función en
1997, bajo el rectorado del doctor Enrique Groisman.
Eventuales subsidios, como el que
llegó en 1977 por parte del Fondo Nacional de las Artes, sirvieron para la
compra de material bibliográfico desde la biblioteca.
El Servicio de Acción Cultural de
la Embajada de Francia, a través de sus sucesivos representantes, donó en varias ocasiones (1985, 1986, 1999, 2000)
libros a la biblioteca del CNBA, espontáneamente o a pedido de los profesores
del Departamento. Los miembros del Servicio Pedagógico facilitaron también, la
suscripción a publicaciones periódicas y difundieron la oferta de cursos y
becas de perfeccionamiento.
La Oficina del Libro Francés, por
intermedio de la profesora Nasser y de su director Maury, proveyó a los
docentes de materiales de reciente edición.
También profesores y ex
profesores del CNBA20contribuyeron
a acrecentar el patrimonio bibliográfico de la biblioteca del CNBA y de la
biblioteca pedagógica FLE.
Con referencia a otros recursos
humanos con los que contaba el Departamento de Francés, hacia mayo de 1977, se
mencionaba la presencia de una ayudante del Departamento que se ocupaba de
realizar copias de ejercitación en cuadernillos, de venderlos en cada curso, de
realizar un catálogo de todos los libros de francés existentes en la
biblioteca. A través de su presencia además, hacía lo necesario para obviar
toda dificultad a los profesores, en lo que respectaba a mantenimiento correcto
de los medios audiovisuales.
Hacia fines de 1985, se hablaba
de reformular el puesto de ayudante de Francés incluyendo entre sus tareas, un
apoyo más concreto en la cátedra, por ejemplo, durante la realización de
ciertos juegos en clase. El ayudante desapareció de la planta y su tarea de
apoyo fue reemplazada, por un corto tiempo, por los auxiliares docentes,
particularmente durante las clases en el laboratorio de idiomas.
3.
Conclusiones
El libro de actas del
Departamento de Francés es una de las producciones escritas que el Colegio como
organización educativa produce y un dispositivo de coordinación y comunicación
internas.
La lectura y el análisis
de su contenido en el período elegido registraron información sobre los
temarios de discusión acerca del FLE en las sucesivas reuniones, comunicaciones
generales y pusieron de manifiesto diferentes mecanismos coordinadores en el
gerenciamiento del Departamento. Algunos de estos mecanismos corresponden, tanto al control como a la prescripción
curricular. Otros, tanto a la comunicación como a la coordinación departamental
entre las sucesivas autoridades del Colegio, los sucesivos jefes de
Departamento y los sucesivos miembros docentes.
Para ilustrar el
escenario, podríamos imaginar un esquema posible que considere las diferentes
partes que componen la organización educativa. En la base, encontraríamos al
núcleo operativo, formado por los docentes.
Mintzgerg (1997), autor
que citamos al comienzo de este trabajo, señala que a medida que la
organización crece y adopta una división de trabajo más compleja, aumenta la
necesidad de una supervisión directa. Así pues la presencia de una línea media
o jerarquía de autoridad integrada por los jefes de departamento permite la
realización de mecanismos coordinadores entre el núcleo operativo –los
docentes-, y la cumbre estratégica, integrada por las autoridades del CNBA.
Las prescripciones
curriculares que incluían, tanto orientaciones pedagógicas como orientaciones
personales, provinieron, en una primera etapa, directamente de la cumbre
jerárquica. Esto corresponde al período entre 1975-1978, fuertemente signado
por las intervenciones del rector Maniglia.
A partir de 1984, cuando
se retoma el registro de actas en el libro de Francés y nuestro país se orienta
en una elección democrática, advertimos que la prescripción y el devenir
curricular se realizaron a través de un ajuste mutuo entre el núcleo
operativo, la línea media y la cumbre
jerárquica. La referencia a la libertad de cátedra en el CNBA se evoca
en esta etapa.
Dentro del Colegio, la
Asociación Cooperadora, la Biblioteca y el Departamento de Publicaciones,
funcionaron a lo largo del período estudiado como un staff de apoyo para
las actividades del Departamento. Las
agencias culturales ligadas a la francofonía también proveyeron asistencia
externa a través de materiales pedagógicos.
Acordamos en que una
disciplina es una construcción histórica, elaborada a partir de los estudios y
de las prácticas de los que participamos en la organización educativa y por
ello, sujeta la influencia de factores socioculturales y políticos.
Del mismo modo, consideramos que
la generación de competencias colectivas no puede reducirse a una mera suma de
saberes individuales, surge como una nueva forma de vinculación técnica y
humana para poder hacer cosas que antes no se hicieron.
Reconocernos como actores que
cumplimos nuestra parte en un devenir histórico y curricular del FLE en el
CNBA, nos invita a reconstruir y conocer el pasado, construir el presente e
imaginar futuros escenarios posibles en un contexto que se vislumbra
pluricultural y plurilingüe.
Ahora bien, son varias las tareas
de investigación que quedan por hacer en función de la amplitud de la temática
que comenzamos a abordar a través del libro de actas departamental. Pensamos,
por ejemplo, en el interés de un posterior análisis del discurso a través de la
polifonía manifiesta en el libro de actas departamental.
Esperamos hacer nuevos aportes
que completen esta investigación y agradecemos a todas aquellas personas del
Colegio que nos permitieron concretar esta primera etapa.
Instituto de
Investigaciones en Humanidades
“Dr. Gerardo H. Pagés”
Colegio Nacional de Buenos
Aires
Universidad de Buenos Aires
Rector
Dr. Horacio Sanguinetti
Directora General
Lic. Rosana Famularo
Secretaria Académica
Dra. Amalia Iniesta
Asociación Cooperadora
“Amadeo Jacques”
Sra. María Haydée C. de Cáneva
Asociación Ex-Alumnos
Ing. Diana Inés Frumento
Arq. Eduardo Elguezábal
Bolívar 263
C1066AAE – Ciudad Autónoma de
Buenos Aires
Telefax 4334 4328 – Télefono 4331
0733 (int. 307)
instituto@cnba.uba.ar
Comité de lectura del
presente número
Antonio Casas-Aragón
Patricia Hernández
Alejandra Nasser
Estela Klett
Armado y diseño
Gabriela Rosés
Javier Sabarrós
ilustración de tapa
Alicia Keshishian
Correctora
Rosa Dotta Ruiz
versión digital
Ana Gastiazoro
Cecilia Goldberg
Ilustración de tapa
Alicia Keshishian
Coordinación general
Rosana Famularo
Alvarez, M., Tipos de escritor
III., Epistolar, administrativo y
jurídico, Madrid, Arco Libros, Cuadernos de Lengua Española, 1997.
Apel, J., Evaluar e informar
en el proceso de enseñanza- aprendizaje, Buenos Aires, Aique, 1993.
Aragón, R., Glorias y
tragedias en el Colegio Nacional de Buenos Aires, Buenos Aires, Editorial
Leviatán, Colección Vida del Espíritu, 2001.
Braslavsky, C., La educación
argentina (1955-1980) en Primera Historia Integral, Buenos Aires, Centro
Editor de América Latina, 1980.
Calvet, L.J., Las políticas
lingüísticas, Buenos Aires, Edicial, Colección Lengua – Lingüística –
Comunicación, 1997.
Caruso, M.; Dussel, I., De Sarmiento a los Simpsons. Cinco conceptos para
pensar la educación contemporánea, Buenos
Aires, Kapelusz, Colección Triángulos Pedagógicos, 1998.
Ciapuscio, G. E., Tipos
textuales, Buenos Aires, UBA, Facultad de Filosofía y Letras, Cátedra de
Semiología, CBC, Instituto de Lingüística, 1994.
Díaz Barriga, A., El currículo
escolar. Surgimiento y perspectivas. Buenos Aires. Rei-Aique, 1993
Digesto del Colegio Nacional de Buenos Aires.
Etienne, R.; Amiel, M., La communication dans
l’établissement scolaire, Paris, Hachette Education, Collection Nouvelles
Approches, Pédagogies pour Demain,
1995.
Famularo, R.; Giardina, M., El
Director como sujeto socio-histórico, módulo 1 del Trayecto Formativo:
Directivos, sujetos clave para el mejoramiento de la gestión y la calidad de la
educación, Dirección General de Cultura y Educación, Dirección Provincial
de Educación Superior y de Formación y Capacitación Docente Contínua, Dirección
del Programa de Capacitación y Actualización Docente, UNLZ, UNLA, UNLM, UNTREF,
2001.
Famularo, R., Nassser, A.,
Comprensión de textos académicos en francés para estudiantes preuniversitarios,
en Propuestas, Serie FLE, Buenos Aires, Instituto de Investigaciones en
Humanidades “Dr. Gerardo Pages”, CNBA, www.cnba.uba.ar/instituto/seriefle.pdf,
2003
Farjat, L., Gestión Educativa
Institucional. De las intenciones a las concreciones. Aportes para transformar
la realidad, Buenos Aires, Lugar
Editorial, 1998.
Frigerio, G.; Poggi, M.;
Tiramonti. G.; Aguerrondo, I., Las instituciones educativas, cara y ceca,
Buenos Aires, Troquel, 1992.
Garaño, S.; Pertot, W., La otra Juvenilia. Militancia y represión
en el Colegio Nacional de Buenos Aires, 1971-1986, Buenos Aires, Editorial
Biblos, 2002.
Gimeno
Sacristán, J., El currículo: una
reflexión sobre la práctica, Madrid, Morata, 1982.
Gvirtz, S., El discurso
escolar a través de los cuadernos de clase. Argentina, 1930 – 1970, Buenos
Aires, Eudeba, UBA, Facultad de Filosofía y Letra, 1999.
Hernández Sampieri, R.; Fernández
Collado, C.; Baptista Lucio, P., Metodología de la investigación,
México, Mc Graw Hill, 1998.
Manrique
Zago, E., El Colegio Nacional de Buenos Aires, Manrique Zago, 1995.
Mintzberg,
H., Diseño de Organizaciones
Eficientes, Buenos Aires, El Ateneo, 1997.
Morin, E., Los siete saberes necesarios para la
educación del futuro, Buenos Aires, Nueva Visión, 2001.
Pasquale, R., Métodos, manuales y prácticas: un recorrido
por la didáctica del FLE, en Propuestas, Serie FLE, Buenos Aires,
Instituto de Investigaciones en Humanidades
“Dr. Gerardo Pages”, CNBA, www.cnba.uba.ar/instituto/seriefle.pdf, 2003
Perel, V., Administración:
Pasado, Presente y Futuro, Buenos Aires, Ediciones Macchi, 1975.
-----------, El control de gestión, Buenos Aires, Ediciones
Macchi, 1976.
Poggi, M. (comp.), Apuntes y
aportes para la gestión curricular, Buenos Aires, Kapelusz, 1995.
Sanguinetti, H. , Breve historia del Colegio Nacional de Buenos Aires,
Buenos Aires, Macchi, 1984.
-------------------, Discursos del rector, Buenos Aires,
UBA – CNBA, 1990.
Schlemenson, A., Análisis
organizacional y empresa unipersonal , crisis y conflictos en contextos
turbulentos, Buenos Aires, Paidós, 1995.
1975- 2000
Los profesores,
cuyos nombres figuran en distintas actas de reuniones realizadas entre 1975 y
2000, aparecen en orden alfabético.
Margarita
Abramovich
María del
Rosario Achával
María
Elena Alvis de Foncuberta
María
Elba Arcioni
Claudia
Arnaud
Zulema
Brea de Cárrega
Vilma
Borrás de Bertoni
María Luz
Bredeston
C
Ana María
Caro
Verónica
Cohen
Hebe
Conlon
Cristina
Berta Coronel
Felicitas
Costa de Catapano
Laura De
La Torre
María
Martha Deleonardis
Ana María
Díaz
Noemí
Dupou
F
Rosana
Famularo
Marta
Faure
Patricia
Fernández
María
Elena Filgueira Risso
G
Sara
Gabisson de Gabisson
Bárbara
González
Elda
González
Susana
Gurovich
H
Norma
Hernández Blasco
Estela
Hourcade
L
Blanca
Langlais
Andrés
Longchamp
Ester
Luca
Susana
Mantero
Liliana
Marino de Soldati
Flavia
Martínez
Aurelio
Maudet
Norma
Michelini
Nadine
Murphy de Aguilar
Alejandra
Roxana Nasser
Celia
Negrotto de Phillpott
Mariana
Carolina Novello
Graciela
Padoani
Sandra
Eva Pedrini
Adriana
Presta
R
Marta
Alicia Ramos
Mercedes
Resano
María Alejandra
Rosso
S
Teresa
Saavedra
Michèle
Sadouet
Paulina
Scheinkestel de Goldstein
Viviana
Schilman
Silvia
Shedden
T
Carlos
Terenzi
Patricia
Torres
V
María
Inés Van Messen
Nélida
Carmen Varela
María
Lucía Varia
Laura
Wainfeld
Andrea
Yohai de Levy
Noticia sobre la autora
Profesora de francés, egresada
del Instituto Superior del Profesorado “Dr. Joaquín V. González”, Buenos Aires.
Obtuvo un Diploma de tercer ciclo, DESS en Tecnología Audiovisual de la
Educación, Universidad de Poitiers, Francia y un Diploma de Especialización en
Gestión y Conducción de las Organizaciones Educativas, FLACSO, sede Argentina.
Licenciada en Tecnologías de la Comunicación Educativa, Universidad CAECE,
Buenos Aires.
Directora del Instituto de
Investigaciones en Humanidades Dr. Gerardo H. Pagés del CNBA y jefa del
Departamento de Francés del Colegio. Docente titular de francés en el CNBA –
UBA y en el ILSE. Docente adjunta de la cátedra Práctica de la Traducción I del
Traductorado Público de Francés de la Facultad de Lenguas Modernas de la
Universidad del Museo Social Argentino. Docente adjunta de la Dirección de
Pedagogía Universitaria de la Universidad Nacional de La Matanza. Miembro de la
comisión directiva de SAPFESU. Coordinadora de la Serie FLE de la
colección Propuestas del Instituto de Investigación en Humanidades “Dr.
Gerardo Pagés”.
Publicaciones recientes
Uso de nuevas tecnologías para el
aprendizaje: una propuesta innovadora, en Nuevos Contextos Interactivos para
la Enseñanza y el Aprendizaje de las Lenguas, Río Cuarto, Universidad
Nacional de Río Cuarto (2001)(en colab.); La autoevaluación departamental
orientada a la calidad (Propuestas, Serie FLE, IIH-CNBA, 2003, www.cnba.uba.ar/instituto/serie-fle.pdf_),
Comprensión de textos académicos en francés para estudiantes pre-universitarios
(Propuestas Serie FLE, IIH-CNBA, 2003, www.cnba.uba.ar/instituto/serie-fle.pdf_)
(en colab.)
El Instituto de Investigaciones en
Humanidades “Dr. Gerardo H. Pagés” agradece la generosidad, el talento y tiempo
dedicado tanto por los autores como por los editores, para que el proyecto
educativo del Colegio Nacional de Buenos Aires se vea permanente enriquecido, y
pueda ser compartido con otros para el crecimiento de todos.
Los números de la
Colección Propuestas se encuentran disponibles en formato digital en www.cnba.uba.ar/instituto.
La versión en papel fue realizada en la Imprenta del CNBA y es de distribución gratuita.
1
Castellano y Literatura, Historia e Instrucción Cívica, Geografía y Economía
Política, Latín, Matemáticas, Física, Química, Ciencias Biológicas, Filosofía y
Psicología, Idiomas Extranjeros, Educación Física y Educación Artística. Por
resolución 323 de 1965, se creó el Departamento de Economía y Derecho. Hacia fines de 1976, puede leerse en un acta
del libro del Departamento de Francés y en referencia a una reunión de Jefes de
Departamento con el rector Manigilia, la presencia del jefe de Departamento de
Idioma Nacional, como se denominaba entonces al de Castellano y Literatura.
Hacia 1977, el citado rector anunciaba el desdoblamiento de dos departamentos:
Práctica e Historia del Arte y Cultura Musical y el Departamento de Botánica y
de Zoología, y de Anatomía e Higiene. Durante una
reunión realizada en noviembre de 1977, el Dr. Tonina, Jefe del Departamento de
Zoología, Anatomía e Higiene acotaba que la materia Higiene significaba
entonces Educación para la Salud. Años más tarde, en mayo de 1984, el Consejo Superior
Provisorio de la UBA, bajo el rectorado de Francisco Delich, volvió a aprobar
la organización departamental en el CNBA con algunas modificaciones y
novedades: el Departamento de Educación Artística se volvía a desdoblar en
Departamento de Plástica y en Departamento de Música; para el Departamento de
Derecho y Economía se explicitaba que se trataría de Economía Política y se
incorporaron los Departamentos de Informática y de Historia del Arte.
2 Un año
antes, la resolución 34/71 proponía designarla directora ad honorem del
Departamento de Francés y le
encomendaba especialmente: a) la observación de las clases dictadas por los
profesores provisionales, con el objeto de recabar la información suficiente
para promover las respectivas confirmaciones, b) la realización de las
reuniones de profesores destinadas al examen de los planes de estudio del
Colegio, su actualización y propuesta de los anteproyectos correspondientes a
los nuevos programas.
3 Por
resolución 188/84, el Consejo Asesor Provisorio de la UBA, aconsejado por la
Comisión de Enseñanza, estipula una asignación mensual equivalente a la de dos
horas semanales de cátedra. No se registran modificaciones para la designación
de los jefes ni para las áreas de competencia administrativo-pedagógicas
4 Acta
departamental del 5.11.77.
7 No se
planteaba entonces que esas lenguas también eran habladas en el continente
americano.
8 Acta
departamental del 16.11.77.
9 Acta
departamental del 8.04.86.
10 Sugerimos
la lectura del trabajo de Rosana Pasquale (2003), “Métodos, manuales y
prácticas: un recorrido por la didáctica del FLE”, publicado en la SERIE FLE de
la colección Propuestas del IIH-CNBA.
11 Acta
departamental del 11.03.76.
12 Acta
departamental del 8.04.86.
13 Acta
departamental del 19.09.88.
14 Acta
departamental del 27.03.89.
15 Acta
departamental del 27.03.89.
16 Acta departamental del 13.12.89.
17 Acta departamental del 3.07.91.
18 Acta departamental del 23.03.92.
19 DELF, Diploma de Estudios de
Lenguas Francesa, acreditación externa otorgada por el Ministerio de Educación
francés
20 Se registran en diferentes
actas, donaciones bibliográficas de los docentes Aurelio Maudet, Blanca
Langlais, Susana Mantero y Rosana Famularo.