El arte de amar de erich Fromm

Silvia Di Segni Obiols

Departamento de Filosofía y Psicología, Colegio Nacional de Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires

 

Resumen

Erich Fromm, filósofo y psicoanalista educado en la modernidad parte de un título sugestivo para su libro, El arte de amar, que remite a Ovidio para plantear qué entiende por amor y para hacer una crítica de la época que le toca vivir, aquella en la cual los valores modernos entran en crisis. Fromm sintetiza conceptos del psicoanálisis, del budismo zen y del materialismo dialéctico. Supera en buena medida al psicoanálisis de su época al atreverse a definir al amor, al describir sus cualidades y sus variedades. Propone una teoría sobre la necesidad de este sentimiento para superar la “separatidad” del ser humano que abreva en la filosofía zen. Critica la sociedad capitalista en la que no encuentra lugar para el amor, desde su formación marxista. Sin mencionar explícitamente a Ovidio surge con bastante claridad que encuentra similitudes en la época del poeta latino y la que le toca vivir a él, veinte siglos después.

Palabras clave: Amor – enamoramiento- tipos de amor - separatidad- modernidad – sociedad capitalista

 


 

Quiero comenzar por señalar cuáles fueron las influencias teóricas que tuvo Fromm, las cuales son un poco particulares. Hijo de una familia judía ortodoxa, la religión tuvo una gran influencia en su infancia y adolescencia. Fue discípulo de Freud en Psicoanálisis pero disintió con él en varios aspectos, algunos de los cuales expresó en esta obra, como el poco lugar que esa corriente psicológica otorgó al amor habiéndose centrado en la sexualidad. Se formó también en el materialismo dialéctico y formó parte de la Escuela de Frankfurt. Una gran parte de su vida, luego de haber tenido que escapar de Europa transcurrió en EEUU y México y, en los últimos años, se acercó con fuerza al budismo zen. Todas estas influencias se pueden rastrear en su obra claramente. Pero es necesario también mostrar que Fromm fue un hombre educado en la modernidad en los valores del esfuerzo, de la confianza en el progreso, en el futuro, de la estabilidad y que se encontró en los EEUU de los años 50 y 60 con el enorme auge del consumismo, de la valorización del placer, del descontrol, de la superficialidad de los afectos que serían los valores de la posmodernidad. A la crítica de ese proceso en ciernes va dirigido su libro que publica en 1956.

A diferencia de Ovidio que se ubica en el lugar del poeta, aunque su obra tiene mucho de ensayo, Fromm se ubica en el lugar del experto disciplinar y sus apreciaciones parten o bien de la ciencia o bien de la filosofía. Su punto de partida es la definición del amor como arte, el cual va a suponer una teoría y

 

una práctica, pero también dedica un capítulo de su libro analizar la desintegración de la sociedad que lo rodea analizando su manera de enfocar al amor.

Al definir al amor, Fromm se muestra claramente como un hombre de la modernidad; para él el amor no aparece por casualidad, no es un placer fortuito, no consiste solamente en ser amado, no es simplemente encontrar un objeto de amor. Algunas de estas características sí forman parte del enamoramiento que es sólo una etapa pero el amor, entendido como arte, requiere esfuerzo, dar más que recibir, desarrollar una facultad. Aquí no puedo dejar de mencionar en particular una de las observaciones brillantes de este texto, cuando Fromm señala que la medida de un enamoramiento no es el valor del objeto amado sino la soledad previa de quien se enamora.

¿De dónde surge el amor? Lejos del flechazo de Cupido que supone una situación azarosa, el amor se origina en la conciencia del hombre de lo que el pensador llama su “separatidad”, es decir su desvalidez desde la pérdida del útero materno, su angustia ante la muerte, la soledad. Esta situación, difícil de sobrellevar, puede afrontarse de diferente maneras. En los años 50 Fromm es testigo de la aparición de algunos fenómenos que no harán más que crecer desde entonces y que él explica como manera de superar la angustia mencionada: las drogas, la experiencia orgiástica. En ambos casos se trata de encontrar en un momento efímero pero de intensa sensación placentera borrar la separatidad. También ve consolidarse la tendencia al conformismo grupal que elaboran los medios masivos, la publicidad y esa dilución de la individualidad dentro de la masa como una manera ilusoria de sentirse menos sólo. El amor será la única vía positiva que nos permita superar esa situación y la única  otra forma que puede competir con él será la actividad creativa, pero aquella no es interpersonal, por lo que considera al amor como la forma superadora por excelencia Cuando define los elementos que lo conforman Fromm nuevamente deja muy clara su adscripción a los valores de la modernidad. El amor se conforma de cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento. Ninguno de ellos es instantáneo, todos ellos suponen el reconocimiento del otro como tal, todos se basan en un esfuerzo sostenido, en una apuesta a futuro, en un compromiso profundo.

A diferencia de Ovidio, Fromm no habla a los hombres y las mujeres por separado; en el amor no hay diferencias, sí debe haber en su modo de pensar, una polaridad sexual. Muy en contra de lo sostenido por Ovidio, Fromm rechaza la manipulación del otro en el juego del amor erótico, esto se contrapone con su idea de confianza, respeto mutuo.

Su concepción del amor es más amplia, mucho más amplia que la del Psicoanálisis. Analiza los diferentes tipos de amor, uno de los cuales es el erótico pero de ninguna manera el único. Cree que la forma básica es el amor fraterno, el cual subyace a la amistad y que éste convive con el amor materno que considera incondicional, el amor a sí mismo, concepto que deriva del narcisismo elaborado por el psicoanálisis y que subyace a la capacidad de amar a otros y el amor a Dios que en parte sería el amor al padre protector. Llama la atención que no haya aquí un amor paterno, sino un amor al padre que eventualmente puede estar destinado a una figura superior, Dios.

Para la práctica del amor Fromm no da recetas pero si pide algunas cualidades: paciencia, disciplina, interés en dominar un arte. Y aquí no es tan diferente de Ovidio cuando llama al amante soldado del amor. Quiero señalar dos conceptos del psicoanálisis definitorios en este punto: superar el narcisismo, es decir, destinar libido hacia uno mismo pero poder también dirigirla hacia otro objeto y  el complejo de Edipo. También pide fe para la práctica del amor, pero no la fe religiosa sino la fe moderna, la fe racional, basada en la necesidad de vivir productivamente, que permite asumir riesgos, poner en juego la seguridad y la tranquilidad afrontando el compromiso de unirse a otro. Por eso marca una inversión que es fundamental: el temor, dice, no es no ser amados, como decimos, el temor es el de amar porque nos vuelve vulnerables, nos expone. 

Finalmente, Fromm  preocupado como pensador por la época en que vive hace una crítica a la sociedad que lo rodea. Lo hace señalando la tendencia a confundir igualdad con identidad, la que lleva a producir autómatas que han perdido su individualidad. A partir de su formación marxista, considera que el amor es incompatible con la sociedad capitalista y critica a una cultura basada en el deseo de comprar que lo que busca en términos de amor son hombres y mujeres atractivos.

Quiero terminar este análisis puntualizando que, a mi modo de ver, Ovidio rescata el placer como objetivo fundamental del amor y, en ese aspecto se acerca más a los ideales posmodernos que el psicoanálisis ayudó en parte a construir. Creo que, a través de los siglos, lo que ocurrió es que para Fromm, Ovidio expresaba lo que la sociedad norteamericana que lo rodeaba estaba viviendo, y que para él era una forma decadente del amor propia de un sistema socioeconómico. Leyendo a Ovidio hoy lo encontramos tan actual en muchos aspectos que sin duda parece haber más de un elemento en común entre la concepción posmoderna y él. Fromm hace una critica a esa posición y recupera los valores modernos. Quizás todavía haya que encontrar un equilibrio entre estas dos posiciones.