Amo,
esclavo y los Sin Tierra
Lic. Celeste Castiglione
Departamento de Ciencias Sociales,
Colegio nacional de Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires
La crisis de las formas
tradicionales de dominación nos obliga a orientar nuestra atención hacia
soluciones que, en el marco de la acción colectiva, se suscitan ante esta
incertidumbre[1]. El
Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) de Brasil, es un intento
original de superación de la crisis. Tomando como base la dialéctica del Amo y
el Esclavo, de Hegel, nos proponemos analizar algunos aspectos novedosos que
este movimiento plantea.
Primero, debemos recordar los
lineamientos fundamentales de la metáfora hegeliana. Convengamos, a los efectos
de poder hacer claros algunos aspectos, que el punto de inicio, para Hegel, es
una conciencia. El individuo, que se constituye a partir de ella, es pensante y
racional, sabe de su existencia y, a su vez, ese saber de sí lo hace activo y
práctico. La posibilidad de operar en el mundo, de actuar, se manifestará como
una negación, es decir, transformará al objeto y por lo tanto, lo superará. Ni
negación ni superación, se deben tomar como habitualmente las usamos. La
negatividad es una contradicción, una situación de conflicto, una oportunidad,
anula a la Nada[2] y la
superación es un triunfo frente al objeto, una transformación del mismo.
El hombre despierta a partir de
un deseo que debe ser saciado, por lo tanto aquel debe transformar, a través de
una acción, la realidad para proveerse de algo ajeno a sí mismo. Su objetivo es
quitarle la independencia al objeto y tomarlo, hacerlo suyo.
La acción nace del deseo: para
poder seguir viviendo, el individuo debe nutrirse y esto se cumple al cazar,
cosechar, procesar o industrializar animales y plantas. Todas son negaciones de
su estado salvaje. Es el hombre quien se erige como la acción
negadora/transformadora de ese estado inicial.
El animal que come una hierba
para vivir, se eleva por encima de ella, la niega, la transforma. Pero ni la
bestia ni la planta tienen conciencia de este poder, de la capacidad de dar
muerte, que tienen una sobre la otra. Aquí, el deseo no se manifiesta como tal,
ni interfiere con el de otros individuos. En la sociedad, sin embargo, la
multiplicidad de deseos requiere una coordinación superior. El deseo humano
difiere del deseo animal o, mejor dicho, del instinto, porque si bien hay
coincidencia en las necesidades físicas primigenias, va en busca de otro. Al
individuo no le alcanza con saciar sus deseos, sino que necesita que otro lo reconozca como el que
ha negado la existencia del objeto de deseo. En este momento el Amo es débil,
porque necesita de otro para sentirse pleno.
El Amo pretende ser reconocido,
pero sin reconocer el poder del otro para sentir la complitud. La conciencia de
sí se manifiesta con carácter absoluto y universal, estos términos entendidos literalmente. El encuentro con
otros deseos de reconocimiento no da lugar a instancias políticas: es una lucha
de vida o muerte. Si la lucha fuera constante y todos los hombres quisieran y
pudieran ser Amos, la vida sería imposible. Por lo tanto, algunos por miedo a
morir deberán someterse, llevando esta relación asimétrica a una gran cantidad
de sometidos y un número reducido de Amos que aumentarán su poder a medida que
disminuyan en número.
En la lucha, que ya no adquiere
un final trágico o heroico, el Amo sólo desea el posterior reconocimiento del
Esclavo por su victoria, pero no admite que la existencia del Esclavo es la que
posibilita su dominio.
El Esclavo trabajará para el Amo
y es aquí donde encontrará su redención: es en la transformación de los objetos
de su realidad, en la negación de los mismos, donde se elevará por encima de su
naturaleza y se liberará. Es el trabajo el que separa al individuo del reino
animal, la negación del mismo lo reduce a esa condición. El Esclavo, se sitúa
en un lugar parecido al que tenía el Amo en un primer momento por la capacidad
de transformar su medio, de llevar a cabo la Idea.
La conciencia que posee el Esclavo
de su ventajosa situación con respecto al Amo, trae el germen de su eventual
liberación. El Amo, viviendo sin trabajar, se encontrará disfrutando, sin hacer
ningún esfuerzo para ello. Pero tampoco estará del todo conforme en
hacerse reconocer por un Esclavo... Es libre en lo real, mientras que el
sometido lo es sólo en la idea.
Sin Amo no habría habido
historia. Pero ello es así porque no habría habido Esclavo y, por lo tanto,
trabajo. Y, de este modo, queda legitimada la existencia del Amo en el pasado y
su abolición en el futuro[3].
El colapso de las formas tradicionales de poder, ocurrido
durante la década del ´70, nos introduce en un nuevo paradigma. Este
nuevo estadio que estamos transitando tiene como puntas de iceberg la
globalización y la revolución tecnológica. Esta situación se adentra en las
sociedades revolucionando todas las relaciones que las constituyen. Como bien
sabemos, toda presión de un cuerpo sobre otro genera resistencia, pero la misma
no es igual en todos los lugares o en todos los momentos históricos.
Los llamados Nuevos Movimientos Sociales (NMS)
rurales nacen precisamente en el colapso del proyecto desarrollista propuesto
desde el Estado (1946-1964) y el comienzo de los regímenes militares
(1964-1985). Esta movilización rural, si bien se apoyaba en una concientización
política anterior propiciada por intentos esporádicos desde la izquierda, tiene características peculiares de
organización y violencia.
En general, se pueden reconocer tres momentos en la
izquierda latinoamericana. Los primeros movimientos hacen su aparición
en la década de ´60-´70, En algunos casos, los grupos, algunos guerrilleros,
mezclaron actividades militares y lucha de clases; otros combinaron políticas
de sindicatos y partidos parlamentarios. Algunos desafiaban el predominio de
los pro-URSS, hubo maoístas, castristas y trotskistas o cristianos y
populistas. Al caer las dictaduras, estos grupos son ayudados por fundaciones
socialdemócratas del extranjero. Los regímenes militares implantaron en el
campo una modernización forzada, sin tener en cuenta las características de
cada región (diferencia norte-sur, por ejemplo) y las particularidades
estaduales. Retrasaron la Reforma Agraria, expropiaron tierras favoreciendo los
latifundios y provocaron la migración de gran cantidad de familias a las
ciudades, con el consecuente hacinamiento en favellas. El conflicto en
el campo se agudizó.
La segunda oleada izquierdista se produce al
caer las dictaduras, al principio de los ´80, primero como oposición al régimen
autoritario y luego contra el neoliberal, por ejemplo el Foro de Sao Pablo,
Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, de El Salvador, Partido de
los Trabajadores de Brasil, Partido Revolucionario Democrático de México.
Hicieron política parlamentaria y comenzaron a asimilar en su haber medidas
neoliberales de privatización y globalización, perdiendo parte de su identidad
de izquierda. Otros fueron asimilados por ONG´s. Ambas oleadas no tomaban en
cuenta excesivamente el tema indígena. Incluso, antes del ’89, los
intelectuales izquierdistas consideraban que la lucha indígena debía fundirse
con la lucha obrera, al ser ambos grupos desplazados.
La tercera ola, que es la que nos ocupa, viene
del campo y posee más fuerza --incluyendo armas-- y resistencia. Busca el
consenso y, a veces, recurre a la coacción. Parte de su poder radica en que no
han sido “focos” revolucionarios, sino fuerzas de permanencia a lo largo del
tiempo: el MST se muestra desde el ´84 y el EZLN, desde el ´94, pero con más de
diez años de existencia oculta.
Según Tilman Evers, los NMS se sustentan bajo estas
cuatro tesis:[4] a) El poder político como categoría central
de las ciencias sociales es una concepción limitada para la comprensión de
estos movimientos, su potencial no se refiere básicamente al poder y sí, en
cambio, a la renovación de patrones socio-culturales y socio-psíquicos de lo
cotidiano, que penetran en la microestructura de la sociedad. b) El proceso creativo
es abierto, embrionario, discontinuo y lleno de contradicciones. Se trata de
pasos iniciales en dirección a una sociedad alternativa. Es una contracultura
que dispara en varias direcciones y se nutre de la “utopía”, pero con acciones
directas. c) En una primera tentativa de dar nombre a esta dirección, la
dicotomía “alienación-identidad” puede ayudar, teniendo en cuenta que
alienación en el sentido clásico es lo que el hombre realiza en contra de su
propia naturaleza, como la cultura. Aquí, en los NMS, no hay lugar para lo único.
Ellos se basan en la polisemia y en la aceptación de lo diferente –etnia,
religión— bajo conceptos más abarcativos como la justicia en la repartición de
beneficios básicos como el trabajo, la educación, la salud, o la comida d) Este nuevo proceso incluye la creación de
sujetos propios, por lo tanto éstos no pueden ser pensados como entidades
sociales o individualidades completas, sino como fragmentos de subjetividad que
atraviesan la conciencia y la práctica de personas y organizaciones. Los NMS no
están relacionados con los movimientos de masas, sino con las movilizaciones
regionales y locales[5].
El fenómeno de los Sin Tierra rompe con la idea de
la revolución heredada del Iluminismo, sostiene la posibilidad de una nueva
totalidad de ideas. El hombre es el verdadero sujeto. Si él cambia, cambian las
instituciones porque se vacían de la vieja legitimidad. La fuerza del Estado no
lo atemoriza. Morir por la tierra tiene un significado que trasciende los
hombres.
Como ya se ha dicho, durante el período de dictadura
(1964-1980), comenzó en el campo una importante transformación de las formas de
producir. Los gobiernos militares implantaron una política de desenvolvimiento
agropecuario para la modernización del campo, haciendo énfasis en los métodos
industrialistas, pero sin tener en cuenta las características de cada región.
Es decir, trataron de implementar un modelo uniforme en un país rico en
heterogeneidades. Algunas zonas estaban muchísimo más preparadas. El sur, por
ejemplo, donde un proyecto industrialista se estaba desarrollando, pero no así
el norte, donde todos los indicadores de desarrollo eran bajísimos.
Estas transformaciones fueron financiadas por el Sistema
Nacional de Crédito Rural: cambió la estructura anterior de proveedor de
recursos naturales a industria productora de insumos, consolidando las
relaciones de trabajo asalariado. Esta situación generó un retardo en el gran
tema de siempre: la reforma agraria y reafirmó las viejas relaciones de poder entre
el Estado, las clases altas urbanas, rurales y caudillos, entre ellos, y con el
sector extranjero.
La industrialización contaba con un proyecto de Reforma
Agraria, denominado Estatuto de la Tierra, definido antes del golpe del ‘64 por
el Instituto de Investigación y Estudios Sociales y el Instituto Brasilero de
Acción Democrática, organismo compuesto por intelectuales, escritores,
periodistas, abogados y hombres de la cultura en general. No está de más decir
que nunca fue implantado. La política de la tierra, durante este período,
estuvo siempre bajo el control centralista y dejó de lado poderes locales y
vinculaciones con los campesinos.
Entre 1966 y 1969, el problema de la tierra se transformó
en una cuestión militar. Desde el Estado, se construyó el discurso de los
“espacios vacíos”. Este proponía llevar a los campesinos “sem terras” a la Amazonia
“sem homems”. En el norte, ya se habían establecido multinacionales
forestales, papeleras y frutales que necesitaban mano de obra barata.[6]
En 1968, el general Costa e Silva intervino militarmente el
Instituto Brasilero de Reforma Agraria, órgano responsable de la política
agraria, que había sustituido al INDA, creada en el gobierno de Gôulart. La
razón de la intervención fueron las denuncias de corrupción, pero, en realidad,
fue para centralizar aún más las decisiones de la tierra. En 1969, el gobierno
creó el Grupo Interministerial de Trabajo sobre Reforma Agraria (GERA) y en
1970, creó el INCRA –Instituto Brasilero de Colonización y Reforma Agraria—y el
Programa de Redistribución de Tierras y Estímulo a la Agroindustria del Norte y
el Nordeste (PROTERRA), pero las medidas, eran de forma.
Por esos años, surgió la guerrilla de Araguaia, el gobierno
la utilizó como chivo expiatorio y de prevención y justificación de una
represión desmedida en todo el campo. De todos los conflictos en relación con
las tierras y su sucesiva represión, surge la Iglesia como agente aglutinante
del contra-poder a través de la acción sindical y pastoral.
El objetivo del Estado era la concentración de tierras
en manos de pocos: grupos empresariales y latifundios. En un período de 15 años
--1970-1985--, 48 millones de ha. de tierras públicas, dos veces el área del
Estado de San Pablo, fueron transformadas en latifundios. Asimismo, durante el
desarrollo de esta política, en el interior de la Iglesia Católica se dio un
espacio de socialización y discusión. Va a trabajar con la idea del pobre y la
pobreza y de cómo deben organizarse para resistir este proceso. Al final de la
década del ’70, en diferentes puntos del país, se intensifican las ocupaciones
de tierra, surgiendo numerosos movimientos sociales de diversas denominaciones.
La Asociación Brasilera de Reforma Agraria (ABRA) registra 1.363 conflictos por
la tierra, muchos contaron con el apoyo de la Iglesia y partidos de la
oposición. El trabajo pastoral de la Comisión Pastoral de la Tierra determinó
el nacimiento del MST. En el período que va entre 1979 y 1980 comienzan las
ocupaciones, pero en forma inorgánica. La CPT ya estaba presente en casi todas
las luchas y encuentros, logrando convocar, a nivel nacional, a trabajadores de
16 estados.
El sur ya estaba convulsionado. Estos encuentros
sirvieron para pensar que se podía organizar un movimiento social más amplio
que permitiese superar los problemas de aislamiento. EN 1983, en Chapecó,
estado de Santa Catarina, se creó una Coordinación Regional Provisoria que reunía representantes del Centro y sur.
La Coordinadora consideró un encuentro nacional de trabajadores con conflictos
de tierra. Se convocó un encuentro nacional para enero de 1984 en Cascabel,
Paraná, como ya dijimos. En el mismo, participaban todas las agrupaciones que
tenían conflictos por la tierra. La CPT se ocupaba de los contactos y la
infraestructura.
Fue en enero de 1984 cuando se produjo el Encuentro y se
nombró al movimiento como MST. Todavía no era una fuerza de poder importante ni
agresiva porque existía la esperanza de que con la democratización que
simbolizaba Sarney, se podría discutir la Reforma Agraria y se conseguirían
resultados. Los objetivos estaban un tanto empapados de vieja terminología: la
tierra debe pertenecer a quien la trabaja, extinción de la diferencia entre
explotadores y explotados, organizar a los trabajadores rurales de base y su
participación en partidos políticos y sindicatos, pero a su vez autónomo. A su
vez, el MST debe formar líderes y conectarse con otros trabajadores de
Latinoamérica. En su página web, establece que hay condiciones objetivas (la
modernización, la industrialización, multinacionales, etc.) y condiciones
subjetivas (la concientización del campesinado) que determinan la creación del
movimiento.
Ya en 1985, fue evidente que el gobierno no iba a dar una
respuesta definitiva sino algunos paliativos. En enero de ese año, se producen
varias ocupaciones bajo el lema: “Sin Reforma Agraria no hay democracia”. Lo
importante ya estaba hecho: la concientización del esclavo es un punto de no
retorno, un proceso irreversible y subjetivo y, por lo tanto, oculto al sistema
dominante hasta que se manifiesta, como en este caso.
Con el renacimiento de la democracia, la Confederación
Nacional de Trabajadores en la Agricultura (CONTAG), la Central única de los
Trabajadores (CUT), la Iglesia Católica, el MST y organizaciones pro-reforma
agraria impulsaron un proyecto en pos de la repartición de la tierra. En aquel
mismo año, surge la Unión Democrática Ruralista que movilizaba a los
latifundistas: en ese juego de fuerzas donde obviamente ganaron los
latifundios, el gobierno realizó una política de asentamientos donde se dieron
tierras a 84.850 familias sobre 1.400.000 inicialmente pedidos.
En 1988, con la asunción de Fernando Collor de Mello, se
elabora una Constitución que establece que la “propiedad privada [es]
intocable”. Con esta derrota, los grupos pro-tierra y movimientos sociales
elaboraron en 1989 un proyecto de Ley Agraria que presentó el diputado Antonio
Marangón del Partido de los Trabajadores. Durante el gobierno de Collor de
Mello, se prometió asentar a 500.000 familias, pero los pocos asentamientos que
hubo fueron resultado de proyectos anteriores que él sólo se limitó a cumplir.
En el 2° Encuentro Nacional del MST, en 1990, se reúnen
nada menos que 4.000 delegados en la ciudad de Brasilia. El MST recibe el
Premio Nobel Alternativo de 1991. Ya la construcción de otras formas de
intercambio, como cooperativas, estaba en marcha. El MST determina que la lucha
y las consignas que ellos quieren llevar a cabo son importantes para toda la
sociedad y deciden abrir su lucha a las ciudades bajo la consigna: “La Reforma
Agraria es una lucha de todos”. Entre 1994 y 1995, Itamar Franco lleva a cabo
un gobierno de transición y sube al poder Fernando Henrique Cardoso, FHC, para
todos los escritos del MST y para nosotros en lo sucesivo.
En 1995, en el Tercer Congreso Nacional, presentó
otro tipo de objetivos vinculados a modificar la estructura de la propiedad de
la tierra; subordinar la propiedad de la tierra a la justicia social, las
necesidades del pueblo y los objetivos de la sociedad; garantizar que la producción
agropecuaria esté volcada a la función de alimentar; apoyar la producción
familiar y cooperativa con precios compensadores, crédito y seguro agrícola;
llevar la agroindustria y la industrialización al interior del país, buscando
el desarrollo armónico de las regiones y garantizando la generación de empleos
para la juventud; desarrollar tecnologías adecuadas a la realidad, preservando
y recuperando los recursos naturales, con un modelo de desarrollo agrícola
autosustentable y buscar un desarrollo rural que garantice mejores condiciones
de vida, educación y cultura para todos.
En el último Congreso Nacional, desarrollado en agosto de
2000, los desafíos que se plantea el MST para el próximo lustro son más
concretos y contundentes, desprovistos de terminología marxista: unión entre el
campo y la ciudad, programar luchas masivas, elaborar un programa para el
campo, organizar a los pobres, construir un proyecto popular para Brasil,
fomentar la solidaridad y nuevos valores, revolución cultural. Además, en este
último período, hacen un especial énfasis en la ecología (cultivos y abonos
orgánicos, el problema de la contaminación).
El MST, en grupo, entra en las haciendas y comienza
un asentamiento: comienzan a establecerse
con viviendas precarias, una iglesia y una escuela y trabajan la tierra de los
alrededores.
Lo importante del MST es que, desde el inicio,
planteó las ocupaciones en el ámbito nacional. No fue una simple reacción
contra señores locales, fazendeiros históricos
o gobernadores corruptos. Las ocupaciones fueron contra una forma de
producción. Esto constituye una propuesta mucho más profunda. En un estudio[7]
realizado en 1996 se registraron en el nordeste, 69 ocupaciones, el número de
familias asentadas era de 15.110; en el centro, 14 y 4.023; en el oeste, 8 y
6.109 y en el sur, el más numeroso, 85 y 22.049. Este número continúa
creciendo.
El área más activa fue Paraná, en el sudeste, con 53
ocupaciones. Pero hay varios factores que influencian la concentración de
ocupaciones de tierra por el MST: 1) orígenes del movimiento; 2) proximidad de
las grandes ciudades; 3) nivel de apoyo político cercano (áreas urbanas con
intendentes, grupos eclesiásticos, simpatizantes, etc.); 4) nivel de oposición
(violencia organizada por terratenientes locales y fuerza de los lazos
terrateniente-estado); 5) concentración de trabajadores rurales sin tierra; 6)
disponibilidad de tierra sin cultivar; 7) ocupaciones previas. Y
fundamentalmente, la necesidad. Muchas de las ocupaciones ocurren en estados y
regiones donde ya ha habido otras que ya han evolucionado y son cooperativas
exitosas, que proveen de ayuda objetiva y subjetiva.
En regiones dominadas por la derecha y sectores
tradicionales, en las que predomina una jerarquía eclesiástica conservadora y
los sindicatos son pocos y débiles, las ocupaciones de tierras son reprimidas y
sus integrantes, dispersados. Esta situación se da especialmente en el oeste,
noroeste y sectores del nordeste. El aislamiento de familias las hace más
vulnerables.
Las ocupaciones tienen lugar donde hay grandes
extensiones de tierra fértil sin cultivar, cercanas a rutas, mercados y
facilidades crediticias. Por esa razón se trata de evitar ocupaciones en
estados como el Amazonas, Acre o Matto Grosso. El MST ha rechazado la oferta de
Fernando Henrique Cardoso de "reasentar" a trabajadores sin tierra en
áreas fronterizas, debido a las pobres condiciones sanitarias (malaria, fiebre
amarilla), la aridez de las tierras y la ausencia de infraestructura y mercados
para comprar y vender.
Parten de la Coordinación de los asentamientos y
campamentos, los cuales son
articulados por la coordinación regional, que a su vez responde a la coordinación
estadual, nucleada por la dirección nacional, la coordinación
nacional y los congresos nacionales que se reúnen cada cinco
años. Las mismas familias detectan las haciendas y llevan la propuesta a la
Coordinación de Asentamientos, que delibera junto con la Regional y Estadual, que
apoyan materialmente la ocupación, antes, durante y después.
Ademar Bogo autor de "Liçoes da Luta pela Terra"[8],
libro crucial para entender el MST, plantea que este movimiento no tiene
representantes individualizados. Según Bogo, sólo con la presión de la masa es
posible negociar con el Estado para garantizar avances en las conquistas.
Porque es muy fácil para el Estado decir no, y si dijeran sí, sería para
desgastar los liderazgos, pues las reivindicaciones nunca sucederían. Es
fundamental que un gran grupo de personas participe de las negociaciones. De
esta forma, muchos aprenden al mismo tiempo identifican quién está a favor de
la reforma agraria y pierden el miedo a las autoridades gubernamentales. Las
acciones de masas son importantes para establecer diferentes luchas y presión.
La dirección colectiva no es simplemente no tener presidente. Evita que una
sola persona tenga el derecho de representar a millares de personas, se pierda
o se corrompa. Por otro lado, la lucha es contra el latifundio, como estructura
económica, o contra el Estado, que avala y permite esta forma de distribución
de tierras, pero no contra funcionarios que trabajan en las reparticiones. La
dirección colectiva es entendida como la participación de decenas y centenas en
la toma de decisiones y para esto se establece un sistema de formación técnica
y política permanente, según los principios de Reforma Agraria y de una
sociedad más justa.
La toma de decisiones colectiva refuerza el
movimiento y es su fuente de poder fundamental. La organización es dinámica y
comprensible, debe tener unidad interna y orientarse por los objetivos
colectivamente establecidos. El sectarismo es una dolencia que impide la unidad
entre las fuerzas democráticas, que quieren llegar al mismo lugar. Muchas veces,
las divergencias están en los detalles y no en el objetivo principal, pero el
egoísmo oportunista, imposibilita que se llegue a una causa mayor y obliga a
que los individuos permanezcan estáticos. El movimiento de masas debe tener una
infinidad de liderazgos –los mismos integrantes--, todos los militantes deben
conocer el programa y saber formular métodos de trabajo para implementarlos.
Los intereses individuales deben estar subordinados a los intereses y objetivos
colectivos.
Ademar Bogo[9],
explica que en la sociedad vemos surgir constantemente ídolos de todos los
tipos, creados y proyectados por los medios. El ídolo es la supervalorización
de algo o alguien, a quien se atribuyen responsabilidades por conquistas o
actos heroicos, lo cual relativiza todo esfuerzo colectivo, y da inicio al
culto de la personalidad. Responsabiliza por estas construcciones a la
televisión. Todas las personas o grupos sociales poseen sus ídolos o
referencias a través de los cuales se determinan y establecen su relación con el
grupo y eso no es malo. Hacerlo artificialmente para controlar, sí lo es. La
mística del movimiento es útil en momentos en que la "represión parece ser
el fin de todo"[10].
En algunos asentamientos se pueden observar afiches con la cara del Che, Mao,
religiosos, pero fundamentalmente el símbolo del MST.
El 5 de junio de 1989, un hecho confuso le otorgó
una propaganda negativa a un dirigente, hasta el momento desconocido, del MST.
En la fecha citada, un martes, a las seis de la mañana, el hacendado José
Machado Neto, acompañado por el policía militar vestido de civil, Sergio
Narciso, fueron al lugar de la ocupación de tierras acontecida el sábado. El
hacendado y el policía, armados, empezaron a disparar, los trabajadores
respondieron. Resultaron muertos el hacendado y el policía y heridos algunos
trabajadores. Luego del conflicto, la Policía Militar cercó el área y apresó a
varios trabajadores llevándolos al cuartel. Resultó detenido José Rainha, el
líder de la ocupación. En síntesis, José Rainha Júnior fue condenado a una pena
de 26 años y 6 meses de prisión en condiciones absolutamente turbias del
proceso judicial. El mismo se puede seguir en el link “Campanhas”, en la página
web del MST.
La Campaña José Rainha dio a conocer a un líder del
MST, y otorgó la oportunidad a múltiples personalidades e intelectuales del
país y del exterior, a apoyar la causa del MST y, de paso, denunciar las imperfecciones del sistema judicial en
Brasil.[11]
Al igual que en el caso del EZLN, Internet es el vehículo
para la comunicación y, a la vez, la característica novedosa de estos NMS. Su
página web es particularmente completa: hay desde historia hasta la venta de
productos como remeras, gorros, agendas, calendarios y libros propios y ajenos
(Mao, el Che, Marx). Se puede consultar en varios idiomas. Cada estado en donde
el MST está trabajando tiene su propia página y características. Por ejemplo,
la de Pará se inicia con un monumento a los caídos en la masacre de Eldorado
dos Carajás. El Che, es patrono del CD –con el himno y canciones
representativas de la reforma agraria-- del MST, con al apoyo de Chico Buarque
.El famosísimo fotógrafo Sabastiaô Salgado realizó un libro que ilustra la vida
de los Sin Tierra, el mismo tiene textos del Premio Nobel de Literatura, José
Saramago.
La relación con los medios es la misma que puede
tener un grupo independiente en un país globalizado de multimedios. Por esa
razón, también tienen su propia editorial. Publican sus propios libros,
cuadernillos, la revista de los Sem Terra y el Jôurnal dos
Trabalhadores Sem Terra, a los cuales uno puede suscribirse por Internet.
Tres elementos originales: la religión, la educación
y la salud.
La Iglesia será parte constitutiva en la génesis del
MST. Como reacción a los gobiernos militares --como ya explicamos en la parte
histórica-- y la forma en que éstos afectaron al campo durante la década del
‘70, las Comunidades Eclesiásticas de Base (CEB) se organizaron tratando de
conformar un tipo de construcción comunitaria entre los pobres del campo. Sin
embargo, hay que diferenciar a la Iglesia como institución de la forma en que
los sacerdotes de distintas regiones, rurales y aisladas, actuaban. La
institución en sí, durante los años de la dictadura, quedó bastante estática,
pero la realidad rural desbordaba y surgió una contra-reacción. Gran parte de
los sacerdotes actuaron con bastante independencia, en el marco de la Teología
de la Liberación que, entre otras cosas, hacía una elección preferencial por
los pobres.
"En varios lugares --dice Souza Martins[12]--
del campo, donde las comunidades surgían, el cambio de orientación pastoral
hizo que el sacerdote dejase de hospedarse en la casa del patrón para
hospedarse en la casa del campesino". El objetivo era crear espacios de
reflexión y replantear el papel de la Iglesia dentro de la nueva realidad. Esto
estuvo plasmado a partir de documentos surgidos en la Conferencia Nacional de
los Obispos de Brasil, la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano
en Medellín, Colombia, en 1968 y la III Conferencia en Puebla, México, 1979.
De manera más concreta, una de las acciones de la
Iglesia fue la creación de la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), en 1975. La
vida cotidiana, vinculada a lo religioso, tuvo otro significado. Evers[13]
lo explica claramente: "participar tiene un correlato educacional".
Los NMS encontrarán la instrucción y la
formación en la participación. Es decir, en el cumplimiento de la reciprocidad
de los campesinos y la Iglesia, la devolución de ésta tuvo otro significado.
Por lo tanto, la misa de los domingos, los ritos, costumbres y días festivos, eran espacios de conocimiento y de
reflexión del Evangelio. Pero era asociado a la realidad de la lucha de la
comunidad. Especialmente el Éxodo, que era una de las referencias principales
para que los trabajadores comprendiesen la lucha por la tierra, haciendo una
analogía entre el éxodo del pueblo hebreo y el éxodo sufrido por los
trabajadores rurales. Basado en una igualdad: todos son el pueblo de Dios y
dando un sentido de grupo y de mutua responsabilidad a cada uno de sus
miembros.[14]
La religión en Brasil es una actividad inherente a la vida
cotidiana. La religiosidad de la gente es muy activa, pero no tiene un solo
cauce: se dispersa en un gran abanico de posibilidades que van desde ritos
macumbas, derivados de la inmigración africana, hasta todo tipo de Iglesias:
protestantes, evangélicas, adventistas, etc.
Según el antropólogo Gilberto Freire[15]
en su "Interpretación de
Brasil", la Iglesia en los tiempos de la colonia adaptó sus costumbres
y procedimientos a los terratenientes y señores poderosos. Contrariamente a lo
que sucedió en la América española, la Iglesia portuguesa nunca se destacó por
la magnificencia de las catedrales, no hubo un clero fuerte y dominante. Su
carácter poco ostentoso hace parecer natural que en cualquier agrupación de
casas surgiera, humilde, un ámbito dedicado a la religiosidad. La religión se
expandió con la economía, puesto que era llevada por los señores poderosos
donde fueran, por lo tanto, adquirió caracteres regionales. Si bien respondía a
una institución centralizada, en algunos casos, más bien obedecía al hacendado,
que era el que le daba el soporte económico a cambio de la salvación.
En los ‘90, el periodista Martín Caparrós escribe:
"En la Macaxeira no hay electricidad, ni agua, ni coches, ni negocios. Hay
chozas hechas de troncos y palma, repartidas en un terreno que antes fue selva,
y una plaza central. La plaza es un espacio abierto de 40 metros de lado,
irregular, con un mástil de palo para la bandera roja, el cadáver de un árbol
enorme, seco, todavía parado, una tarima con techito de palma para conducir las
asambleas y tres chozas de troncos que son la iglesia católica, la adventista y
la de la Asamblea de Dios".[16]
A lo largo de todo el desarrollo del MST, y hasta
nuestros días, la misión pastoral creció con el movimiento. Algunos sacerdotes
también van a tomar por momentos el papel de voceros del movimiento, o son
también los interlocutores válidos de los asentamientos frente a investigadores
y periodistas. La educación en el MST es un rasgo fundamental de este
movimiento social. La preocupación del comité organizativo por esta acción no
tiene parangón entre otros movimientos sociales en LA. A través de la
educación, el individuo, como protagonista de la acción, recupera su dignidad
en todas sus dimensiones.[17]
El primer cuadernillo sobre educación está agotado,
en virtud de lo cual el Colectivo Nacional del Sector de Educación Pública, en
enero de 1999 reeditó y amplió “Cómo
debe ser una escuela de asentamiento”.[18]
El boletín es ambicioso, no es difícil de abordar y evidentemente no
está destinado a personas analfabetas, pero sí con un mínimo de formación. Está
repleto de "invitaciones" al lector a que se integre, participe, que
no está todo dicho, es algo dinámico y maleable. La educación es parte
fundamental de la Lucha por la Reforma Agraria. A la escuela concurren niños y
adultos, como parte constitutiva de la militancia.
El MST creó el Sistema
Único de Salud (SUS), presentado en 1986, que hace que los servicios que antes
tenía el gobierno federal se descentralicen y se establezcan en los municipios,
otorgándole más autonomía y control directo. El SUS se basa en el
restablecimiento de la dignidad y la salud como un derecho más. Los Consejos de
Salud deliberan en forma permanente, a nivel municipal. Están conformados de
manera novedosa: el 50% de participación para los usuarios, 25% para los
trabajadores de la salud y el otro 25% para el sector público y privado. El
gobierno es el marco garante, no participa.
Como hemos visto, el MST tiene características
originales. Sus líderes son jóvenes y campesinos, dirigentes sindicales
provinciales, maestros de escuela y universitarios, hijos de obreros y mineros desplazados
y despedidos con recuerdos de viejas militancias. Estos nuevos dirigentes
participan de seminarios, foros, tienen una visión local y cosmopolita.
Invierten en la formación de sus cuadros y los recursos económicos con los que
cuentan son escasos. No hay burocracia y tampoco dedicación plena: existe una
armonía entre el trabajo y la militancia. Descreen del personalismo al estilo
clásico, el líder es una nueva entidad: son todos. El debate se da en el marco
de una Asamblea y son críticos de las izquierdas clásicas y las ONG´s
acomodaticias y colaboracionistas que sirven para expiar pecados capitalistas.
Combinan la acción directa con la lucha extraparlamentaria, por momentos
dialogan y hasta negocian con el Estado, trabajan con los partidos políticos y
los sindicatos en acciones concretas como huelgas generales o leyes, pero
permanecen aparte. Sus propias luchas siguen. Combinan un marxismo clásico con
la ecología, el feminismo, y la lucha étnica.
Sus determinaciones no son excluyentes. Convive la religión
con el marxismo sin que ello les genere conflicto. Aquí el Esclavo toma
conciencia de su importancia, sabe de su poder transformador, pero aún no
quiere ser Amo. Está en una etapa de concientización, en la cual todos los
Esclavos se empiecen a dar cuenta de su poder transformador/negador.
A este tipo de Estado que gobierna en Brasil, le
correspondió este tipo de resistencia. Lo original es que el MST no está
reconociendo el poder del Amo. La superación del Señor se basará en el no reconocimiento paulatino de una
cantidad cada vez mayor de esclavos. Los pilares de este movimiento –tierra,
religión, salud, identidad, educación-- nos alertan sobre una nueva forma de
hacer política desde los dominados, desde los esclavos. La conciencia de sí
está instalada, pero aun más: en la transformación de los objetos de su
realidad, en la negación de los mismos están encontrando su propia liberación.
Si el MST logra concientizar a los esclavos a un no reconocimiento general, se
constituiría como Amo. Sólo nos queda observar si al transformarse en Amos
pueden hacer algo distinto.
[2] Hegel. Fenomenología
del Espíritu. Madrid, El Alambra, 1985, Pág. 32.
[3] Raurich, Héctor.
Hegel y la lógica de la pasión. Buenos Aires, Ed. Marymar, 1976, Pág.82.
[4] Evers, Tilman. “Identidad: la faz oculta de los
Nuevos Movimientos Sociales”. Revista Espacios. Buenos Aires, Año VII, N° 25,
1985.
[5] Historia
de América Latina. Política y Sociedad desde 1930. Comp. Leslie Bethell, España, Ed. Cambridge University Press. Crítica,
1997. Cap. 4.
[6] Mancano
Fernández, Bernardo. Genese e
desenvolvimento do MST.
Cuaderno de Formacao N° 30. Brasil, Ed Gráfica e Editora Peres, 1988. Pág. 9.
[7] Petras, James. Op. Cit.
[8] Ademar
Bogo. Liçoes da luta pela Terra. Salvador Bahía. Brasil, Ed. Memorial das Letras ltda. 1999. Punto
2.3
[9] Ademar
Bogo. Liçoes da luta pela Terra. Salvador Bahía. Brasil Ed.
Memorial das Letras ltda. 1999. Punto 2.3
[10] Ademar
Bogo. op.cit. Pág. 54
[11] www.mst.org.br. Campanhas
[12] Souza Martins. Op. Cit. Pág. 8
[13] Evers,
Tilman. “Identidad: la faz oculta de los NMS”. Revista Espacios. Buenos Aires,
Año VII, N° 25, 1985.
[14] Caparros,
Martín. “La Tierra de los Sin Tierra” Diario Clarín, 05-02-95.
[15] Freire,
Gilberto. Interpretación de Brasil. F.C.E. México. 1964. 2° Ed. Pág. 54-55
[16] Caparros,
Martín. Op. Cit.
[17][17] Colectivo
Nacional do Sector Educaçao. MST. San
Paulo. 1999. Caderno de Educaçao Nº8. Escribe en su conclusión:
Aprendiendo a ser ciudadano:
1- Sentirás una profunda
indignación contra cualquier forma de injusticia que pueda estar siendo
cometida contra cualquier persona. Será como si fuese contra ti mismo y encontrarás
una forma de expresar concretamente este sentimiento.
2- Lucharás por el derecho
y el deber de dar y recibir lo que es justo.
3- Combatirás las mentiras
que intentan pegarnos todos los días, a través de los más diversos medios: la
mentira de la derrota de la dignidad y la esperanza: la mentira de la victoria
del cinismo y de servilismo; la mentira de la victoria del neoliberalismo.
4- Lucharás por el derecho
colectivo de pensar y de construir día a día una sociedad alternativa al modelo
capitalista, contraponiéndose a sus principales pilares que son la exclusión de
las mayorías, la desigualdad social, el individualismo es la mercantilización
de todas las relaciones sociales y humanas.
5- Pensarás que actuarás con una libertad que no se yergue
sobre la esclavitud de los otros.
6- Participarás en algún
tipo de organización de la sociedad civil, como forma de potencializar tu
actuación rebelde, y como aprendizaje político y de convivencia social dentro
de una nueva ética.
7- Ejercitarás la
solidaridad, la comprensión y la rebeldía en toda situación social que mancille
la dignidad humana.
8- Valorizarás el estudio y
lucharás por el acceso a la escolarización, como un instrumento importante en
el aprendizaje de la ciudadanía.
9- Tendrás preocupación permanente
por tu formación profesional, política ideológica y ética, y buscarás estar al
día con lo que pasa en el mundo, desarrollando una visión internacionalista de
las luchas y las posibilidades de cambios sociales.
10- Valorizarás y conocerás
la historia, desde la tuya hasta la humanidad. Buscarás en ella el criterio de
verdad y una actitud tolerante de quien se entiende como sujeto, más nunca
solitario, del proceso histórico.
11- Tendrás preocupación
con la educación de tus hijos, como de todos los niños y jóvenes de tu pueblo.
Prestarás atención al tipo de "ensinamientos" que están siendo dados
por la familia, por la escuela, por los medios de comunicación... Tendrás que
permanecer fuerte contra todas las formas de educación que domestican las
generaciones para que sean cómplices del proyecto histórico de destrucción
social.
12- Cultivarás la flor de
la esperanza, que es aquella que nace del combate al conformismo y al
sentimiento de derrota. Cantarás el canto a la vida. Vida para la comunidad
entera.
13- Asumirás el comando.